Málaga: una renovación basada en parques, paseos y uso comercial

La Voz A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

ROBERTO SORIN

La urbe situó en su puerto el Centro Pompidou siguiendo el modelo del Guggenheim

11 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Si hay un caso, por dimensiones y paralelismos, semejante al de A Coruña, es el de Málaga. Su superficie portuaria es similar a la coruñesa y en el caso andaluz la actividad declinó sensiblemente cuando se retiró el tráfico petrolero. En A Coruña Repsol está ya en proceso de traslado a Langosteira y el cambio será sensible cuando se culmine esa mudanza.

En otros puertos españoles y europeos se apostó por usos mixtos con suelo residencial, empleando este último como fuente de ingresos para urbanizar las grandes áreas vacías. Es el caso de Bilbao, Hamburgo, Copenhague y Oslo, entre otros. En Málaga, como en Barcelona, se prefirió excluir la construcción de viviendas.

Málaga, como A Coruña, creció en torno a una ensenada natural que ejercía de refugio para los barcos. La gran expansión llegó a partir del siglo XIX con la llegada del ferrocarril. Hoy a la ciudad llega el AVE. Ya en el siglo XX el aumento de tamaño de los mercantes recomendó buscar mayores calados para la actividad portuaria y los viejos muelles fueron quedando vacíos.

La sociedad que gestiona el desarrollo urbano de esos terrenos está formada por 27 entidades, entre ellas el Ayuntamiento, la Junta, la Autoridad Portuaria y la Diputación, pero también la Cámara de Comercio, el Patronado de Turismo y organismos privados como Unicaja. Todo el suelo sigue en manos públicas y el uso que se dio al mismo fue, sobre todo, de ocio y comercial, además de las habituales marinas para la náutica de recreo.

La creación de una gran alameda permitió la constitución de un área de esparcimiento. Como elementos de atracción se instaló en Málaga una gran noria -siguiendo el ejemplo de Londres- y se apostó por una gran infraestructura cultural como hizo Bilbao en su día con el Guggenheim. En el caso malagueño fue el Centro Pompidou, que funciona como elemento generador de turismo. La restauración y el uso comercial son también algo extendido por el renovado puerto.

Entre los problemas que presenta Málaga figura el de la permeabilidad entre los viejos muelles y la ciudad, en parte por la carretera que circunda su perímetro y en parte por el mantenimiento de la antigua valla que cerraba el recinto, un elemento protegido como lo es la de A Coruña, donde también puede darse una situación similar cuando los muelles se abran.

Paseos, jardines y miradores completan la nueva fachada marítima que, como en A Coruña, fue difícil de consensuar por las diferencias mantenidas durante años entre las distintas Administraciones.

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