El gobierno solo lleva al pleno un asunto de trámite a seis meses de las elecciones

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

La parte ejecutiva incluyó únicamente la aprobación inicial de un cambio en el PGOM

13 nov 2018 . Actualizado a las 11:25 h.

A seis meses de las elecciones municipales, el gobierno local solo llevó un asunto de gestión al pleno ordinario de noviembre: la aprobación inicial de un cambio en el plan general para incorporar elementos al catálogo. El expediente se empezó a tramitar en octubre del 2016, pero no llegó hasta ahora al salón de plenos. Lo hizo con un importante «retraso», según denunció la oposición, que recordó que la suspensión de licencias sobre los inmuebles afectados terminó en febrero, lo que ha supuesto un riesgo para ellos. El cambio llegó tarde, y su aprobación definitiva tampoco estará lista a tiempo para las elecciones. Toda la oposición da por hecho que será el próximo gobierno local el que finalice el trabajo, y el concejal de Rexeneración Urbana, Xiao Varela, no lo negó, y rechazó las acusaciones de falta de gestión insistiendo en la «complexidade» de los expedientes urbanísticos.

El cambio, cuando se haga efectivo, incluirá 89 edificaciones en el catálogo, suponiendo que el expediente no sufra modificaciones por el camino. Es más que probable que las experimente, ya que el informe de los técnicos municipales abre la puerta a ello, y la Xunta ha advertido que no se ha seguido un procedimiento «homogéneo» para decidir qué elementos se incluyen.

Esas cuestiones, que puso sobre la mesa el concejal del PP Martín Fernández Prado, fueron parte del habitual cruce de reproches entre la oposición y el gobierno local. El edil popular criticó que el listado de inmuebles había sido elaborado por el responsable de Rexeneración Urbana, no por los técnicos. Varela lo negó, y reprochó a Fernández Prado el derribo del antiguo edificio de Sanidad en la Marina, entre otros asuntos.

Un escenario similar, aunque algo más suave, se repitió con la portavoz del BNG, Avia Veira, y con el concejal socialista José Manuel Dapena. La primera recordó a Dapena que no ha aprobado ni una de las modificaciones del PGOM que figuraban en el programa de la Marea. El segundo cargó contra el «injustificable retraso» del expediente.

En eso se quedó toda la parte de gestión del gobierno local. Luego se tramitaron las mociones, en las que se debatió con apasionamiento pese a que carecen de valor jurídico. 

Luz verde a una moción para que la oposición esté presente en las sesiones del Dillo Ti, pese al rechazo de Marea y BNG

¿Debería la oposición poder tomar la palabra en el Dillo Ti? La respuesta para la Marea Atlántica es que no, y lo mismo opina el BNG, incluso aunque está en la oposición. La mayoría del pleno, los 16 ediles del PP y el PSOE, opinan lo contrario. Ayer votaron a favor de que esa actividad participativa deje de estar monopolizada por el gobierno local de la Marea, pero, como ha ocurrido con decenas de mociones en este mandato, su propuesta casi con total probabilidad nunca se llevará a la práctica. Ya indicó el alcalde, Xulio Ferreiro, en marzo del 2016 que las mociones carecen de valor jurídico, y que su gobierno solo aplicaría las que le pareciesen correctas, independientemente del pleno.

La concejala de Participación, Claudia Delso, no explicó por qué el gobierno local no quiere a la oposición en los Dillo Ti. Tras dedicar varios minutos a elogiar su propia gestión, se limitó a señalar que no van a «pervertir» el sentido de esa actividad.

El BNG respaldó la postura de la Marea, aunque sí explicó sus motivos. Avia Veira subrayó que su grupo no quiere participar en el Dillo Ti porque están en «total desacordo» con el formato del programa, que considera «irrespectuoso» con la auténtica participación y que se ha convertido en un «010 presencial», aunque con menos garantías que ese teléfono de atención ciudadana, ya que en el Dillo Ti no se hacen informes de cumplimiento de las peticiones vecinales.

PP y PSOE fueron incluso más críticos. La portavoz del PP, Rosa Gallego, recordó que la junta electoral prohibió celebrar el Dillo Ti durante las campañas electorales por considerar que es un acto propagandístico. Para restarle ese carácter defendió que pueda participar la oposición, y de lo contrario planteó que el programa se pague con fondos propios de la Marea, no con dinero público. «Es un mitin de la Marea, queremos que se reformule en la Comisión de Participación, y que con el dinero de todos podamos hablar todos», dijo.

El socialista Fito Ferreiro también reclamó que se reformule lo que calificó de «acto de propaganda». Ferreiro lamentó la «total falta de control» de las conclusiones del Dillo Ti, y recordó al gobierno local que lleva 16 meses sin reunir las comisiones para reformar el reglamento orgánico municipal y el de participación. Delso evitó contestarle.

La corporación también aprobó, estas por unanimidad, las mociones que se presentaron de forma conjunta para exigir el mantenimiento de la actividad industrial en la planta de Alcoa, y que el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) y su colección continúen en la ciudad.

Esos fueron dos de los pocos momentos de acuerdo en una sesión marcada por la falta de contenido, y en la que no subió más el tono por la presencia entre el público de los alumnos y profesores del IES Fernando Wirtz.