Las islas Carolinas son de España

Xosé Alfeirán

A CORUÑA

Ilustración aparecida en un ejemplar de «La campana de Gracia»
Ilustración aparecida en un ejemplar de «La campana de Gracia»

Manifestaciones patrióticas reivindicaron en 1885 su españolidad frente a Alemania

21 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Una oleada de ardor patriótico recorrió toda España. Alemania había levantado su bandera en la isla de Yap, en el archipiélago de las Carolinas. Situadas en medio del Pacífico, junto con las Marianas y Palaos, y descubiertas por navegantes españoles. Desde el siglo XVI pertenecían a España, aunque no había una ocupación efectiva. Pero ahora el mundo estaba cambiando y un nuevo imperialismo, potenciado por la revolución industrial y el nacionalismo, empujaba una nueva expansión colonial. El 26 de febrero de 1885, en Berlín, los países europeos más los Estados Unidos acordaron, entre los criterios para repartirse África, que solo un asentamiento real en un territorio aseguraba su dominio; no valían supuestos derechos históricos.

El 13 de agosto de 1885 los periódicos informaron que los alemanes habían declarado su protectorado sobre las Carolinas, porque las consideraban tierras libres y en ellas ya tenían instaladas factorías de copra (pulpa seca de coco para extraer aceite). Dicha acción provocó una gran indignación en la opinión pública. Por todas partes surgieron encendidos manifiestos apelando a la virilidad y recordando las grandes hazañas del pasado, desde Viriato a Covadonga, los tercios de Flandes y el 2 de mayo. Y al mismo tiempo, convocadas por la prensa y sociedades civiles y militares, hubo manifestaciones de protesta al grito de ¡Viva España! ¡Viva la integridad nacional! La primera fue en Madrid el 21 agosto y en Galicia la de Vigo el 23. 

Marcha por A Coruña

En A Coruña se desarrolló el 26. Partió del café de Méndez Núñez, al comienzo de la calle Real, donde un retrato al óleo recordaba al marino gallego que había bombardeado en 1866 los puertos de Valparaíso en Chile y de El Callao en Perú. Una clara alusión bélica. Miles de coruñeses acudieron, veinte mil según El Regional, y recorrieron Rúa Nova, San Andrés, Juana de Vega, los Cantones, calle Real, Rego de Auga, calle Santiago, plaza de la Constitución, Damas, camino alto de la plaza de María Pita y terminó en la plazuela de San Agustín (hoy del marqués de San Martín), donde estaba el Ayuntamiento.

Durante el trayecto, agitaron los sombreros, dieron vivas atronadores y pararon, en Juana de Vega, delante del consulado de Francia, enemiga de Alemania, y del local de la Reunión de Artesanos, donde vieron colgados, en el piso del Hotel Iberia, capotes toreros, con los colores de España y Francia, de la cuadrilla del diestro Luis Mazzantini, que gritó ¡Viva la raza latina!, siendo respondido con grandes aplausos. Personalidades monárquicas, Maximiliano Linares Rivas, y republicanas, Antonio Prieto Puga y Ramón Pérez Costales, pronunciaron entusiastas discursos con amenazas a Alemania imposibles de cumplir.

El conflicto se resolvería con el arbitraje del papa León XIII. En enero de 1886 acordaron que las Carolinas seguirían siendo españolas, obteniendo los alemanes ventajas comerciales. España siguió con su honra, pero el destino fue cruel. En 1898 sería derrotada por Estados Unidos, que se quedaría con sus colonias, y en 1899 vendería las Carolinas a Alemania.