Riazor, Linares Rivas, Agra del Orzán, Zalaeta, A Zapateira... ¿con cuál te quedas tú? Para Sandra Faginas la mejor opción es Labañou
07 feb 2019 . Actualizado a las 10:47 h.Cuando una fantasea con que le toca la lotería se imagina, además de cogiendo un avión para pirarse bien lejos, haciendo una reforma total de la casa o, todavía mejor, comprando una nueva. Una se enfoca en la mejor zona, en el punto neurálgico de su ciudad, paseando por ese centro que define la vida de Coruña. Pero nada más plantear esa opción en familia, con amigos o con compañeros, ninguno acaba por compartir el mismo concepto de «mejor zona». Tanto es así que hay quien me dice que jamás viviría mirando al mar en Riazor porque allí sopla muchísimo viento; enseguida otra persona me confiesa que para ella el Obelisco es el marco físico que delimita la ciudad, así que todo lo que sea distanciarse hacia Linares Rivas no tiene ya interés, si hablamos sin complejos del gusto por vivir bien. Los conozco superfans de Sánchez Bregua (mirando a los jardines) y quienes solo consideran el top de lo más top vivir pegados al sur de Matadero, resguardados del viento y mirando siempre a la playa.
Hay en Coruña rincones maravillosos para residir, quienes encuentran en la Ciudad Vieja toda la belleza y el encanto, pero también quienes ven en ese mismo encanto y en esa misma belleza todo un inconveniente, si se quiere el garaje debajo de casa, el gran supermercado al lado o no subir una cuesta. Esta quiniela, si va por barrios, marcará las cruces en los mismos puntos, porque no me salen muchos, en principio, que se mueran por vivir en el núcleo duro del Agra del Orzán o de la Sagrada, salvo que hayan nacido allí y tengan arraigada toda una vida familiar en esa zona, o que apuesten por la comodidad de estar pegados a su trabajo, si es el caso. Los hay que no se moverían jamás de Os Castros y que tienen en la playa de Oza todo un horizonte de posibilidades y quienes, en la otra punta, los de Adormideras, valoran por encima de cualquier otro bien tener ese arenal privado de San Amaro. Los de Monte Alto son sitio distinto y los del Campo da Leña aseguran que tienen todo a un paso. Eso de no coger el bus jamás es un plus para los de a pie que adoran Zalaeta o el Orzán porque de un lado tienen los vinos y la calle Real a un salto, y del otro, todo el paseo marítimo. Hay muchos que no se bajarían de A Zapateira cuando la familia crece, pero los de Los Rosales tienen otro punto de vista: «Si hay niños esto es lo mejor, tenemos parque y espacio para ellos». Que, por otro lado, es lo mismo que vienen a contarnos lo de Novo Mesoiro, que además están a un paso de la salida de la ciudad, como los de Matogrande, que son los que se lo pasan en grande.
Cada uno es de su madre y de su padre, por eso yo me volvería a ese sur de Matadero encantada de la vida. Con el sol, la playa y a un paso del centro. Pero mientras tanto, sigo feliz en la otra punta, donde sopla el viento, con la gente brava de Labañou.