¡Somos 24 toneladas menos sucios!

Antía Díaz Leal
Antía Díaz Leal CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

26 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Si todos fuéramos optimistas patológicos, estaríamos celebrando esta semana que nos hemos vuelto mucho más limpios, que la concienciación medioambiental funciona y que los viernes ecológicos están dejando huella. Porque la mañana de San Xoán, tan resacosa ella, nos ha dejado la playa con solo 93,2 toneladas de basura. Que frente a las 117 del año pasado está muy bien. Estupendamente. Poco más de medio kilo por barba, si echamos cuentas.

Pero como no todos somos tan optimistas las 24 horas del día, incluidas las mañanas resacosas, algunos seguimos perplejos con las imágenes de Riazor y el Orzán al amanecer, y con la capacidad del ser humano de dejar detrás de sí un reguero de porquería. José Palacios, el vicepresidente de Adeac (el organismo que otorga las banderas azules), reconocía la semana pasada en Radio Voz que es muy duro con esta cuestión. Porque asegura que no es comprensible que «en una sola noche de juerga, en la que la gente ha interpretado la fiesta de forma incorrecta, se destroce absolutamente todo. Me parece de locura, no tiene sentido».

No es comprensible, no. Pero lo hemos normalizado de tal manera que limitamos la crítica a esas primeras horas de la mañana en las que los operarios de limpieza se afanan para que las playas no parezcan el fiestón que fueron la noche anterior. Hemos llegado a tal punto de conformismo que nos felicitamos porque la gente haya dejado en los contenedores dos millones de toneladas más. Bolsas y bolsas de basura que acabaron donde tenían que acabar, y no tiradas por la playa para felicidad de las gaviotas. Es muy alentadora esta costumbre que hemos adquirido de darnos palmaditas por hacer lo que tenemos que hacer.

Pero como somos optimistas por naturaleza, al parecer, nos podemos felicitar aún más pensando que en el sur se han puesto serios con el tema y han conseguido que este año más del 90 % de la basura de Playa América acabase en los contenedores. Veinte millones de toneladas, en total. El alcalde se felicitaba por el éxito de la campaña, y destacaba además que muchos de los que no llevaron la basura al contenedor la dejaron bien recogida en bolsas. En la arena, pero apañada. ¡Bien por ellos! A ver si vamos trabajando para mejorar el año que viene lo de llevar la bolsa a la papelera, y seguimos restando toneladas de vergüenza a la playa.

Habrá quien piense que con más de 150.000 personas juntas es imposible garantizar un comportamiento cien por cien respetuoso con el entorno. Y es verdad. ¿Pero no cuesta entender que entre toda esa gente haya tanta que sea incapaz de recoger su bolsa? ¿Siempre tiene que venir alguien detrás para limpiar por ti?