La Solana estrena reforma con todos los permisos tras 13 años de trámites

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

ANGEL MANSO

El consistorio aprobó el fin de obra y las nuevas instalaciones deportivas ya funcionan

09 oct 2019 . Actualizado a las 15:33 h.

Después de pasarse prácticamente un mandato entero con las obras de mejora paralizadas, La Solana finalizó esos trabajos y los socios de la entidad deportiva disfrutan ya de las nuevas instalaciones, básicamente un nuevo gimnasio acristalado donde antes estaban las pistas de tenis.

El gobierno local confirmó ayer que la entidad tiene ya el fin de obra -el trámite que acredita la terminación correcta de los trabajos- y en el interior del gimnasio hay actividad desde hace varios días.

El caso de La Solana reviste una especial importancia porque en los últimos años la Plataforma en Defensa do Común trató por todos los medios de parar una actuación que, dicen, obstaculizaba las vistas al mar desde el paseo del Parrote. El plataforma llegó incluso a llevar al juzgado el asunto por la vía penal.

«Cumple en lo referente a alturas con el Pepri y Patrimonio informó favorablemente de todos los proyectos presentados desde el 2006 al 2016, cuando se adjuntó el último», apuntan desde el Ayuntamiento.

Además, Urbanismo indica que el anterior ejecutivo instruyó contra esa actuación un expediente de reposición de la legalidad, expediente, dicen, que nunca tuvo por fin modificar las alturas -pues cumplen con la normativa y no superan las del resto de edificaciones allí existentes- y que se limitó finalmente a añadir solo «cambios cromáticos y de jardinería». Es decir, que la obra que estuvo años parada se terminó finalmente con mínimas modificaciones sobre el proyecto presentado, pues este cumplía con los requisitos exigidos. «Patrimonio nunca puso pegas a la altura ni a que no se garantizara la visibilidad del mar», abundan desde María Pita.

Los intentos por mejorar las instalaciones deportivas por parte de la concesionaria de La Solana, Metropolitan, no son nuevos. De hecho, la firma presentó el primer proyecto en el año 2006, dando entonces Patrimonio su visto bueno al estudio de detalle.

La paralización de las licencias durante la tramitación del Pepri -el planeamiento urbanísticos que rige en la Ciudad Vieja y Pescadería- demoró una vez más el inicio de unos trabajos que no se autorizaron hasta diciembre del 2014. Al año siguiente se establece que faltan informes arqueológicos -ya con la licencia concedida- y en enero del 2016 se paralizan las obras, que no retomaron hasta hace unos meses. La última revisión a cargo de los técnicos municipales se hizo hace unas semanas y se constató que lo ejecutado se corresponde con la licencia.

El BNG considera que la actuación supone «unha agresión ao patrimonio»

En las obras de reforma de La Solana el BNG asumió desde un principio las tesis de la Plataforma en Defensa do Común y ayer insistía en que el gobierno local «non debería ter concedido a licenza das obras no 2013 por constituír unha agresión ao patrimonio e á paisaxe e porque, a maiores, non tiña a autorización preceptiva da Xunta».

El último visto bueno para que pudieran seguir adelante los trabajos se lo dio a la empresa el anterior ejecutivo local, de la Marea, en mayo del 2018. Según los nacionalistas y la plataforma ciudadana el proyecto incorporaba «unhas imaxes manipuladas do resultado das obras sobre a lámina de agua», recreaciones desde las que se vería el mar desde el paseo situado a la altura de la entrada del hotel, cuando en realidad no se ve.

Los nacionalistas piden que los técnicos municipales revisen las obras sobre el terreno. Estos ya lo han hecho en las últimas semanas y han constatado que todo se ha ejecutado ateniéndose a los permisos otorgados. 

Titularidad

La Solana, como el Finisterre, son propiedad de la Autoridad Portuaria, que los tiene en concesión a Finisterre SAU por 8.147 euros al mes. Esa compañía los subarrienda a otros dos por un importe mucho más elevado.

En los últimos años el Puerto trató de vender ambas propiedades para obtener ingresos con los que hacer frente a la deuda por la obra de Langosteira. El consistorio se negó durante el pasado mandato e trató de hacerse, por 1,3 millones, con La Solana, intento que no fructificó.