Comida al desnudo para llevar a casa

Patricia García Lema
patricia garcía A CORUÑA

A CORUÑA

Núa para levar ofrece cocina con productos locales y saludables desde su espacio residuos cero de Monte Alto

05 jun 2020 . Actualizado a las 10:47 h.

Ella es Rosa Seco Lafuente. «Mis apellidos son muy graciosos, soy una contradicción». El coronavirus la pilló con su proyecto casi a punto de abrir. Tuvo que esperar hasta la semana pasada, cuando por fin pudo presentar Núa para Levar, una tienda de comida local y saludable para llevar en el número 4 de la calle Marconi. En este precioso espacio que huele a comidas del mundo esta cocinera de 38 años da rienda suelta a su pasión. Como cuenta en su web, Núa significa desnudo en gallego y eso es lo que ella quiere hacer: «Quiero presentar mis productos desnudos, sin envases. También es una forma de desnudar mi alma con mis recetas».

Cada día ofrece un menú distinto con productos de temporada y de productores locales, la mayor parte de ellos ecológicos. «Se trata de darle una vuelta a la comida para llevar, que suele ser más tradicional». El menú consta de dos primeros, dos segundos y un postre, y siempre hay una opción vegana. Se puede llevar el menú completo o elegir alguno de los platos sueltos. Todos los domingos, Rosa sube a la web los platos de toda la semana para que sus clientes puedan planificar con antelación los menús o escribirle previamente un wasap para reservarlos. Su objetivo es crear un espacio zero waste, por eso todo el que traiga su táper de casa tiene premio: Rosa le descuenta un 5 % en el precio del menú. En Núa también vende unos envases retornables, fabricados con fibra de bambú 100% vegetal, para llevar la comida a casa, al trabajo o hasta a la playa. Además del menú diario, también prepara bebidas como ginger ale o kombucha y hace conservas veganas y ecológicas. Además, vende otros productos sostenibles y de proximidad como tofu o cerveza y té artesano.

Su amor por la cocina le viene de pequeña: «Cuando mis padres trabajaban yo les preparaba la comida, tenían turno partido y mi madre siempre me dejaba una nota con lo que había que hacer». A los 18 empezó a estudiar cocina en Pontedeume. «Después me fui a Mallorca y allí viví diez años y monté un restaurante japonés». Más tarde se mudó a Cataluña y al País Vasco. «En San Sebastián realicé un máster en Cocina Técnica y Producto en la recién inaugurada universidad gastronómica Basque Culinary Center». Allí coincidió con estudiantes de todo el mundo. Se reunían, cocinaban y Rosa se empapó de todos los sabores posible. Eso y sus viajes hacen que en la carta de Núa haya platos internacionales como la ensalada de bulgur estilo libanés o el arroz japonés con verduras y huevo, dos de sus platos del menú del miércoles. Estuvo a punto de mudarse a Perú, pero otro proyecto se cruzó en su vida: su hijo Simón. Después de estar dos años cuidándolo pensó en un proyecto que le permitiese compaginar la vida familiar con la cocina, y ahí fue donde Núa cobró todo el sentido.