La comarca coruñesa, un gimnasio al aire libre

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

Un sábado por la mañana en los alrededores de la torre de Hércules o el paseo de O Burgo puede haber personas practicando hasta veinte deportes diferentes

24 nov 2020 . Actualizado a las 19:07 h.

Hagan la prueba. Vayan un sábado o un domingo a primera hora de la mañana a cualquiera de los maravillosos entornos que nuestra comarca atesora para la práctica del deporte al aire libre. Solo en los campos de alrededor de la torre de Hércules, en A Coruña, por ejemplo, puede haber, cualquier fin de semana, decenas de personas entrenando hasta veinte disciplinas deportivas distintas. Están los runners, por supuesto, que trotan en grupo o en solitario por los caminos; los mismos por los que luego circularán los ciclistas y, más tarde, los senderistas, muchos de ellos con paseo incluido para sus perros. Luego están los de la marcha nórdica con sus bastones; y los que practican artes marciales, siempre discretos, entre los árboles, cerca del monumento de la Copa do Sol. Un poco más allá, en el improvisado rocódromo del dique de abrigo, un escalador trepa hacia el otro lado del mar, mientras, desde el agua, se saludan con el meñique y el dedo gordo surfistas y padeleros.

Junto al Club del Mar acostumbran a practicar los buceadores y todo esto todavía sin contar a los que escogen la arena de la playa cercana para relajar su mente y su cuerpo con el yoga, el taichí o el pilates. ¿Hemos escrito relajar? ¿Y los pescadores aficionados del dique? Casi nos olvidamos de ellos...

Cruzamos la ría a remo o en piragua y esta mañana, como tantas otras, nos encontramos la playa de Bastiagueiro a tope de futboleros y surfistas. También vemos, unas horas después, el skate park que está junto al aparcamiento cada vez más lleno de chavales. Por no hablar de las pistas de tenis públicas, esta que tenemos en Bastiagueiro y la otra, la del paseo de Santa Cristina, antes vacías, ahora llenas a todas horas.

Continuamos con la excursión. Por el paseo marítimo de O Burgo acabamos de cruzarnos con unos cuantos patinadores, mientras aquellos chavales de ahí están practicando parkour y aquellos otros, ese otro deporte urbano tan de moda que llaman calistenia, en el parque público de O Temple. Entre tanta barra casi nos olvidamos de que también hay otro parque de calistenia muy chulo en el Bosque de Os Veciños de Oleiros, que seguro que un día como hoy está a tope de aficionados.

MARCOS MÍGUEZ

Y será porque los parques biosaludables de aquí y de allá, en uno y otro concello (que los hay por todas partes) están teniendo tanto éxito, que luego llegamos a mayores totalmente en forma, pero hay que ver la de familias que recorren juntas los fines de semana lugares como el paseo del río Mero, el parque fluvial de Beche, en Abegondo. Ya lo dicen los responsables de deportes en Arteixo, que ahora las piscinas están casi vacías y los polideportivos no se utilizan tanto como antes.

Sí, la respuesta de muchas localidades ante la pandemia del coronavirus fue crear más espacio para los peatones y carriles bici. Se lo debemos a este bicho del demonio, pues todos sabemos cómo se deleita y se detiene más en los espacios cerrados que en los abiertos. Y así es cómo nos hemos ido dando cuenta de que el deporte es la mejor píldora de salud que hay, que practicarlo al aire libre te da una sensación de paz y de libertad indescriptible y que nuestro entorno atesora sitios perfectos para entrenar. Sí, el efecto del covid en nuestras vidas se ha traducido en un mayor uso de los espacios e instalaciones abiertas.

Ya vimos el bum que hubo este verano con lo de comprarse una bicicleta, que se llegaron a agotar en algunas tiendas. Y estuvo también el furor por salir al mar, lo que llevó a muchos a comprarse la tabla hinchable de paddle surf. Pues ahora a disfrutarlo con sentidiño y, mientras se vaya pudiendo, al bendito aire libre.