Manuel Serrano, psiquiatra: «La pandemia puso en cuestión la fantasía de la invulnerabilidad»

Mila Méndez Otero
Mila Méndez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

serrano
ANGEL MANSO

El jefe del servicio de Psiquiatría del Chuac ofrece hoy una conferencia en la web y el Facebook de La Voz

24 nov 2020 . Actualizado a las 09:54 h.

Después de 45 años de profesión, el jefe del servicio de Psiquiatría del Chuac, Manuel Serrano, ha comprobado que siempre hay lecciones por aprender. La alerta sanitaria, también económica y social, generada por el covid-19 no ha pasado desapercibida en los servicios que velan por la salud mental. Por eso, la Charla Saludable que organiza la Xerencia de Xestión Integrada de A Coruña y Cee con La Voz de Galicia y que se emite hoy, martes 24 de noviembre, a las 20.00 horas en la web y en la cuenta de Facebook de La Voz de Galicia lleva por título La depresión y su repercusión en la pandemia del covid-19.

«No solo hay secuelas pulmonares, vasculares y neurológicas, la salud mental se ha visto afectada en el 78 % de los casos de pacientes que tuvieron covid. Este es un dato de un trabajo realizado por la Universidad del País Vasco. De ellos, casi la mitad, el 32 %, son casos leves, que no desembocan en un trastorno mental». Aquí hay que distinguir cuál es la constelación de síntomas que forman la depresión, la diferencia entre la tristeza normal frente a la patológica. «La primera es adaptativa, consecuencia de una relación causa-efecto. Es más breve, menos intensa y tiene un mejor pronóstico. Lo lógico es que ahora predomine», cuenta el psiquiatra, que vierte su preocupación en la depresión enmascarada o silenciosa, la que no se manifiesta con síntomas depresivos habituales como la apatía o la tristeza. «Hay otros síntomas somáticos físicos: fatiga, agotamiento o dolores diversos. De hecho, cuando se habla de covid persistente se remite a ellos», aclara el facultativo.

Cuatro grupos de riesgo

Diferencia cuatro grupos de especial riesgo. «El miedo o la tristeza por estos momentos de incertidumbre, estrés y soledad afectan, sobre todo, a las poblaciones vulnerables. Pacientes ya previos de depresión u otras patologías; personal facultativo de primera línea; aquellos que han tenido el covid grave y su entorno y aquellos que son familiares de fallecidos», enumera.

En su consulta, intentan primar las citas presenciales, «muchos pacientes todavía tienen miedo a salir de casa y la piden telefónica, también la gente joven, -destaca- se están dando muchos casos del síndrome de la cabaña». El doctor Serrano está comprobando una mayor predominancia de lo que en psiquiatría se llama la «tríada cognitiva de Beck. Es la tendencia a interpretar todo lo que sucede de forma negativa. Tanto lo mío, como lo de mi entorno como la visión sobre el futuro. Lo que clásicamente entendemos como pesimismo», matiza. Añade a la lista de síntomas depresivos: hipersomnia, fatiga crónica, mareos, pérdida de memoria, ansiedad, confusión y falta de concentración, lo que se llama «niebla mental»,

El fin del mito

La incertidumbre es para Serrano un factor clave de esta época. «La pandemia ha puesto en cuestión dos fantasías que teníamos muy interiorizadas: la ilusión de que somos invulnerables y la ilusión de que tenemos el control de la situación. Estos dos pilares se nos han caído», desvela.

Eso sí, remarca que «hay que tener clara una cosa, tenemos el derecho a sentirnos tristes y ansiosos, es una emoción adecuada a la pandemia. No hay nada en la sociedad en este momento que esté dando verdades absolutas, ni siquiera la propia vacuna. A partir de ahí, hay que empezar a intentar hacer vida normal. Las medidas higiénico dietéticas que siempre repetimos: hacer deporte, como caminar al día 30 minutos, una hora como máximo al menos cinco días a la semana; tener una alimentación equilibrada y conservar los tiempos del sueño y la comida. Y, cuando te encuentres en una situación que ves que te repercute o incapacita en tu vida, buscar a un profesional». Y termina : «Hay que tener un pensamiento más crítico y positivista».

Del síndrome de la cabaña al no duelo: «Una cosa es el aislamiento social y otra el afectivo»

Uno de los aspectos con los que más tienen que lidiar en su consulta es el duelo. «Hay que realizarlo, tarde o temprano. Si no se realiza en su momento, es un duelo retrasado y, normalmente, la puerta de entrada a un duelo patológico, con un cuadro depresivo duro y difícil, con características obsesivoides», explica el jefe del servicio de Psiquiatría del Chuac, Manuel Serrano Vázquez.

La imposibilidad de completar esta etapa acompañados, con el contacto y el apoyo de los seres queridos ante las normas sanitarias, no lo duda, pasa factura. «El duelo lleva sus fases: la primera es la negación; la segunda, la irritabilidad, el no querer aceptarlo; la tercera, una pequeña depresión o un bajo ánimo, y la cuarta, la aceptación y concienciación. Y, ya por último, la resolución. En esta pandemia hay que añadir el factor sorpresa», dice el doctor sobre un proceso que cuantifica en un año de duración.

Pero, hay otro duelo que se ha hecho palpable. «Cuando una pareja rompe, puede haber un duelo patológico. Este es uno de los temas que considero ha aparecido como un factor influyente en la depresión: las rupturas durante y después del confinamiento. Junto a las restricciones actuales, supuso un aislamiento y un alejamiento entre las parejas que convivían y entre las que no. Quizás había rupturas latentes que se han precipitado, es un dato que se irá constatando con el tiempo», avanza el psiquiatra, que también recuerda una diferencia clave: «Una cosa es el aislamiento social y otra el afectivo».