El Coral, en A Coruña, un fijo durante 57 años para la «Guía Michelin» por su maestría

antonio cancela A CORUÑA

A CORUÑA

PACO RODRÍGUEZ

Es el segundo restaurante gallego más veces recomendado por la publicación

26 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

A pesar de que cerró sus puertas a finales del 2017, la maestría gastronómica que el restaurante Coral mantuvo durante el más de medio siglo de vida e historia que permaneció abierto lo llevaron a convertirse en un referente de la cocina más allá de A Coruña. La calidad de las materias primas con las que trabajaban, el cuidado al detalle en cada una de sus recetas y la cocina tradicional que se elaboraba en sus fogones, donde los pescados y mariscos destacaban por méritos propios, lo llevaron a recibir la recomendación de la Guía Michelin durante 57 años consecutivos, entre 1960 y hasta su cierre. Solo Casa Solla, en Poio, con 59 años saliendo en la publicación gastronómica —la primera vez fue en 1965—, supera al local coruñés.

Hablar del Coral es hablar de César Gallego, decano de la hostelería coruñesa que nos dejó en el 2018, y cuyo legado gastronómico perdura todavía hoy en la figura de su hijo Pablo. Se puso al frente del establecimiento en el número 5 de la calle Estrella en junio de 1975 —Lorenzo Ramos inauguró el histórico negocio en 1954—, en 1990 se trasladó al bajo que ocupaban los números 2 y 4 de la misma calle, pero una serie de litigios lo obligaron a trasladarse al callejón de la Estacada, en pleno corazón de la Marina, donde se convirtió en un emblema gastronómico de la ciudad. 

Miles de anécdotas

Resultan innumerables las anécdotas y personas que disfrutaron en sus mesas de platos clásicos perfectamente elaborados y que lo convirtieron en todo un emblema de la ciudad. El exalcalde Francisco Vázquez o el presidente de la Confederación de Empresarios de A Coruña, Antonio Fontela, eran algunos de sus asiduos. No faltaba tampoco la visita de Jesús Gil y Gil cada vez que el Atlético de Madrid jugaba en la ciudad. Una de las anécdotas que allí se vivieron tiene precisamente como protagonista al expresidente rojiblanco. Fue tras un partido del Teresa Herrera. Un nutrido grupo esperaba en el Coral la llegada e invitación del expresidente colchonero, Sin embargo, cuando llegó, lo hizo solo para avisar de que estaba cansado y se marchaba para el hotel. Las personas que allí lo esperaban, al no contar ya con la invitación, siguieron los pasos del dirigente y se fueron por donde habían entrado para sorpresa de la plantilla del Coral.

En otra ocasión, y tras la finalización de otra edición del histórico torneo, toda la prensa deportiva que había acudido a cubrir los partidos estaba invitada a una mariscada. Cuentan que por allí entró un cliente y que, al confundirlo los camareros como parte de ese grupo de periodistas, disfrutó sin tener que pagar centollas y camarones.

Cinco décadas dan para mucho. Incluso para algún que otro susto también. Hay quienes todavía recuerdan el conato de incendio que un camarero provocó en el comedor a la hora de flambear un suflé y verter sobre el postre alcohol por error en lugar de coñac. Reaccionó rápido, pero intentó sofocar la llamarada con una servilleta, lo que no hizo más que avivar el fuego ante la mirada atónita de los clientes. Esa misma cara de susto fue la que se les quedó a muchos cuando vieron salir del establecimiento, detrás de un camarero y cuchillo en mano, a Pablo Gallego. Pero el chef simplemente había salido así por las prisas para darle un recado, aunque quizá, no de las mejores maneras.