Solo falta detener al cabecilla de la red desarticulada en Meicende y Ferrol

a. mahía / c. lópez A CORUÑA / LA VOZ

ARTEIXO

ANGEL MANSO

Los agentes apresaron a 8 personas y se incautaron de 118 kilos de hachís, 1,9 de cocaína, 9 coches y 150.000 euros

16 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay ocho detenidos, pero falta el pez más gordo, el hombre que surtía 50 kilos de hachís todos los meses a un clan familiar con residencia en el barrio de Caranza de Ferrol y en la parroquia de Covas. Padre, hijo y la novia de este último adquirían la droga al ahora huido y la distribuían entre el resto de los arrestados, que eran los que la ponían en la calle. Uno de ellos, un vecino del número 14 de la travesía de Meicende (Arteixo), dejó al vecindario con la boca abierta tras enterarse de su fuente de ingresos, pues «es un chico educado, que no se metía con nadie y siempre iba bien vestido».

Fue un golpe muy duro y trabajado «a la principal red de distribución de hachís en Ferrolterra», según dijo ayer el subdelegado del Gobierno en Galicia, Jorge Atán, quien mostró a los medios todo lo que se les incautó a los arrestados, que fue mucho. En los siete registros que se produjeron en Ferrol, Meicende y Sada encontraron 118 kilos de hachís, 1,9 de cocaína, sustancias para el corte, 9 vehículos de alta y media gama, una moto acuática y una pistola.

La operación, llevada a cabo por la Guardia Civil y la Policía Nacional, y bautizada con el nombre de Escipión, fue muy «laboriosa y complicada», según el subdelegado del Gobierno. La comenzaron en marzo, cuando agentes del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA) pusieron sus ojos sobre un individuo -el que falta por detener-, pues tenían sospechas de que distribuía hachís por la zona de Ferrol. Lo vigilaron y comprobaron que así era, por lo que se solicitó al Juzgado de Instrucción número 3 de Ferrol que pinchara su teléfono. Puntada a puntada, los agentes fueron poniendo nombre y localización a todo el que negociaba con él. No fue fácil, pues apenas conversaban por teléfono, cambiaban constantemente de vehículos -uno de los detenidos se movía en 8 coches distintos- y hasta hacían labores de contravigilancia. Pero finalmente cayeron. Con pruebas «suficientes para que hoy el juez los envíe a prisión», según la Guardia Civil.

«Parece mentira que ese chico se dedicara a la droga», dicen los vecinos

El martes al mediodía, agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional se presentaban en un piso del número 14 de la travesía de Meicende para detener al inquilino por ser, supuestamente, uno de los distribuidores de droga en la zona de A Coruña y Arteixo. Los vecinos no daban crédito a lo que estaban viendo. «Llevará 3 años viviendo aquí y jamás dio un problema», comentaba ayer una de las residentes en el edificio. En el barrio «era un chico que parecía formal y que no hablaba con nadie y apenas hacía vida en la zona», contó otro vecino. Añade un comerciante que se limitaba a saludar y «a veces se le veía llegar en coche con la novia». Fuentes de la Guardia Civil creen que en ese piso no se vendía, sino que simplemente era utilizado para guardar la mercancía».