Vecinos de Bergondo, sin dormir por los ladridos de 20 perros

Elena Silveira
Elena Silveira BERGONDO / LA VOZ

BERGONDO

Cedido

Los afectados dicen que hay noches «esperpénticas» y el dueño, que está todo legal

30 ago 2019 . Actualizado a las 15:56 h.

Ignacio y su familia recalan todos los veranos en la casa familiar de Bergondo, en Cortes, para disfrutar de las vacaciones, la tranquilidad y el relax. La vivienda es grande, con varias habitaciones, un hermoso jardín y un entorno natural agradable. Sin embargo, los últimos años se ha convertido en un auténtico calvario porque los perros de un vecino no les dejan dormir por la noche. «Es que no te lo puedes imaginar. Hay noches que son esperpénticas porque se ponen todos a ladrar y no hay quien concilie el sueño», explica este residente afectado. Cuenta que, durante el mes de agosto, la primera pregunta que se hacen en casa es: «¿Qué tal has podido dormir esta noche?» Dice también que su suegra, que ya es muy mayor, no escucha nada de madrugada. «Claro, porque tiene problemas de audición». Pero con el nieto recién nacido la cosa cambia: «Estuvo mi hija aquí unos días con el bebé y no lo pasó muy bien. Y mi hijo, que también pasó una temporada, se tuvo que cambiar de habitación porque los ladridos no le permitían descansar».

Ignacio explica que el año pasado ya presentó un escrito en el Concello de Bergondo para denunciar esta situación, «pero no obtuve respuesta». Así que en julio volvió a remitir otro. «Sabemos que estamos en el campo, que hay animales y que los perros ladran. Durante el día no tenemos problema. Pero no puede ser que no te dejen dormir. Las noches son horribles y cuando oyes que se callan lo que piensas es en cuándo volverán a ladrar», relata. «Es que nadie quiere decir nada. Algunos nos han comentado a nosotros que solucionan el tema durmiendo con tapones. Y otros, como son muy mayores y también tienen problemas de audición, dicen que no les molestan los ladridos. Pero a nosotros sí, y tenemos derecho al descanso», comenta el vecino afectado.

Dice que el ruido que generan los animales no es constante -«evidentemente, porque sino sería una locura»- pero enfatiza que 20 perros de caza ladrando al mismo tiempo pueden desquiciar a cualquiera. De hecho, en el escrito remitido al Concello de Bergondo incide en que la instalación para guarda de los perros, en concreto una rehala utilizada para la caza de montería, es al aire libre y que, quizás, el propietario debería adoptar las medidas paliativas necesarias para minimizar el ruido y facilitar de esta forma el descanso de los vecinos.

Desde el Concello de Bergondo indicaron que están al tanto de estas quejas y que ha requerido al propietario de los perros para que constate que tiene todos los permisos y autorizaciones oportunas y actualizadas. Precisaron que, a pesar de haber más viviendas en el entorno, tan solo han recibido una queja por el ruido que originan los perros. Confirmaron que el recinto está registrado desde hace años en el Servizo de Conservación de Natureza, perteneciente a la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda, como un tipo de establecimiento de «canceira deportiva».

Permisos en regla desde el 2012

El propietario de los perros, Manuel Golpe, puntualizó que tiene esta autorización desde el año 2012 y que todos sus animales están vacunados y llevan microchip. «En Bergondo somos 150 cazadores y yo soy uno más. Las instalaciones son legales y, de hecho, he instalado un sistema para evitar que ladren de forma que, si lo hacen, se mojan con el riego nocturno. No quiero guerras, pero lo cierto es que solo hay protestas de esos vecinos», explica. De hecho, Manuel comenta que Ignacio presentó el escrito de queja mucho antes de trasladarse desde Bilbao a Bergondo: «Quizás porque quería que los perros no estuvieran cuando ellos llegaran», indica. «Están acostumbrados a residencias privadas, pero aquí estamos en el campo y hay animales. Y los perros ladran; y más si los incitan». Dice también que este sábado ha comenzado la temporada de caza y que Bergondo está plagado de jabalíes: «Los perros están alterados, es verdad. Y los ladridos molestan, pero son el arma que tenemos para espantar a los jabalíes y que no invadan las huertas. Porque son peores los destrozos que causan los jabalíes que los ladridos de los perros», explica Manuel mientras recuerda que hace poco una vecina fue atacada por un jabalí.