«El conductor dio 1,49, no se tenía en pie, no podía hablar, solo balbuceaba»

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

paco rodríguez

El condenado alegó en el juicio que bebió una botella de whisky, pero tras aparcar y antes de que llegase la policía

21 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Nadie hasta la fecha había alcanzado tal tasa de alcoholemia en una prueba practicada en la ciudad. Nada menos que 1,49 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. Hasta el momento, el récord lo ostentaba desde el 2008 un hombre que dio 1,44.

Cuentan los médicos que con una tasa superior a 1,3 se entra en coma etílico. Advierten que con ese índice una persona ve doble, no se le entiende al hablar, se tambalea y puede llegar a caer, no se orienta adecuadamente, pierde la memoria, se queda dormido e, incluso, no tiene sensibilidad al dolor.

Así debía de ir el hombre condenado esta última semana por el Juzgado de lo Penal número 5 de A Coruña a dos años y medio de retirada de carné y a una multa de 1.800 euros. Los agentes que lo sometieron a la prueba recordaron en el juicio que el conductor «no se tenía en pie, no podía ni hablar, solo balbuceaba». Pero el acusado tenía una explicación. Alegó que en la tarde del 14 de mayo del 2015 condujo, pero estaba sobrio. Y que no se percató de haber colisionado con dos vehículos. Uno en la ronda de Outeiro y otro en la calle Eusebio da Guarda. Insistió en que en aquel momento no estaba ebrio. Sí lo estaba cuando le hicieron el control, pero fue porque se bebió una botella de whisky «de manera compulsiva» después de dejar el coche en doble fila y subir a casa. Cuando regresó a la calle, se encontró con los agentes. El juez no le creyó. A quienes sí les dio credibilidad fue a los policías, que llevaban buscándolo dos horas por toda la ciudad después de causar dos accidentes y darse a la fuga. Aseguraron que tenía el motor caliente, por lo que la versión del procesado no podía ser cierta.

En el historial de conductores con grandes tasas de alcoholemia no puede quedar fuera un hombre sorprendido en enero del 2014 en Cambre. Cuando los agentes lo pararon, confundió a estos con operarios de obra y les preguntó si iban a tardar mucho en tener cortada la carretera. Para él se la cortaron durante dos años, los que le impuso un juez de retirada de carné

Todavía menos despierto estaba el hombre que se quedó dormido en un semáforo en la ronda de Outeiro en febrero del 2015. Se despertó soplando un alcoholímetro y arrojó una tasa de 1,29.

El indecoroso récord batido por el recientemente condenado lo ostentaba un individuo desde el 2008. Arrojó una tasa de 1,44.