El anterior arresto tuvo lugar en A Coruña en 1992, cuando fue a Correos a cobrar un giro

A CORUÑA CIUDAD

Luca Piergiovanni | efe

El violador del scensor se había refugiado en la ciudad herculina para huir del operativo policial centrado en Castilla y León

16 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El asesinato en las cercanías de Valladolid de la joven Leticia Lebrato, en 1992, dejó pistas suficientes para que la Policía considerase principal sospechoso al violador del ascensor y, en consecuencia, montase un intenso despliegue.

El hombre cometió su primera agresión sexual a los 19 años, en 1976, pero no ingresó en prisión hasta junio de 1979. Salió de la cárcel y volvió entrar en varias ocasiones tras reincidir en sus delitos hasta noviembre de 1992, cuando fue detenido, juzgado y encarcelado definitivamente.

Esa última detención tuvo lugar en A Coruña, donde se había refugiado para huir del operativo policial centrado en Castilla y León. En julio de aquel mismo año 92 la Guardia Civil y la Policía lograron cercarlo en Medina del Campo, pero consiguió escapar a tiros. Desde entonces las fuerzas de seguridad del Estado recibieron distintos testimonios de personas que declaraban haberlo visto en distintos puntos de España. Pero la pista buena conducía hasta A Coruña.

Tras localizarlo discretamente, gracias a un pinchazo en el teléfono de su familia, en Valladolid, Gallego fue por fin detenido el 17 de noviembre en la sala de la oficina principal de Correos, adonde había acudido a cobrar un giro de 50.000 pesetas que le había remitido un familiar. Portaba peluca, gafas, documentación falsa y una pistola, que intentó usar cuando los agentes se acercaron a él. La Policía también apresó a un hombre y a dos mujeres que lo acompañaban. El hombre era un delincuente común de A Coruña al que Gallego le encargó que cobrase el giro. Luego aseguró desconocer que su amigo era un violador multirreincidente. Y una de las dos mujeres era Paloma Rodríguez, novia de Gallego, con quien tiene un hijo.

Poco después de su captura, el violador confesó haber matado a Leticia Lebrato. En el juicio, que se celebró a puerta cerrada en Valladolid para evitar incidentes, fue condenado a 110 años de cárcel. Posteriormente se le añadirían 163 años más por el asesinato de Marta Obregón y por otras agresiones sexuales.