Una familia especializada en el timo del tocomocho se libra de ir a prisión

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

LOLITA VÁZQUEZ

Engañaron a seis personas, burlándoles 30.000 euros, pero fallaron con la estampita

29 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Aún queda gente que pica con el timo de la estampita o del tocomocho y delincuentes que siguen ganándose los cuartos con esos viejos engaños. Hay una familia de malandros que lleva décadas recorriendo España de punta a punta llenándose el estómago con fraudes de este tipo. Uno se hace el tonto, otro se hace el listo y así estafaron a cientos de personas. Hace 8 años estuvieron en A Coruña y sus alrededores y no estuvieron quietos. Engañaron a seis personas. Cuando iban a por la séptima, la Guardia Civil les echó el guante. Son padre, hijo, sobrino y sus respectivas esposas. La policía dice que estafadores como estos quedan muy pocos. Puede que haya otros dos grupos. No más.

Hace tres meses fueron juzgados por delitos continuados de estafa, reconocieron los hechos y su abogado, un prestigioso letrado llegado de Madrid para defenderlos, alcanzó un acuerdo con la Fiscalía para librarlos de entrar en prisión. Se les aplicó la atenuante de dilaciones indebidas -retraso judicial- y se comprometieron a devolver el dinero estafado. Los condenaron a año y medio de prisión, pero se les suspendió el ingreso.

Forman un equipo jerarquizado. Cada uno asume un papel y, por sus buenos resultados, lo bordan. Lo bordaron con un hombre de avanzada edad en noviembre del 2009 en Culleredo. Le colaron el tocomocho. Según la sentencia, le metieron una carta en el buzón anunciándole que había ganado la lotería en Francia. Le hicieron creer que se trataba de un sorteo en el que participaban todos los ciudadanos europeos y a él le habían tocado 400.000 euros. A los tres días se presentaron en su casa. Padre, hijo y sobrino. Bien vestidos. Haciéndose pasar por funcionarios de la UE. Para explicarle que para cobrar el premio, tenía que abonar antes los impuestos correspondientes, que ascendían a 4.000 euros. El hombre, contento de alegría, fue al banco, retiró el dinero y se lo dio a los impostores.

En aquel mes de noviembre cometieron el mismo timo con tres personas más. Que se sepa, pues la Guardia Civil está convencida de que fueron más las víctimas, pues muchas tienen vergüenza a denunciar. Con todas ellas emplearon el mismo plan y les sustrajeron idénticas cantidades.

Ya en diciembre de ese mismo año, el tocomocho volvió a reportarles dinero. Ya no fueron 4.000 euros los que estafaron, sino 10.000. Fue en A Coruña. A una mujer de avanzada edad.

Se supone que animados por como le iban las cosas, lo intentaron con el más difícil de los timos hoy en día, el de la estampita. Fue en Cambre. Se presentaron de pronto frente a un hombre mayor. Uno, el más joven, hizo de tonto con un sobre lleno de billetes. Apareció el otro, su padre. El gancho. Menos mal que cuando estaban mareando a la víctima apareció su hijo. Destapó el entuerto y huyeron en coche. Les tomaron la matrícula y fueron detenidos.