«Soy marinera, patrona y ama de casa»

Emiliano Mouzo A CORUÑA / LA VOZ

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Emiliano Mouzo

Tras llegar de Colombia y aterrizar en A Coruña se hizo al mar. Superó todos los cursos para faenar con su pareja

29 jul 2017 . Actualizado a las 14:11 h.

Lorena Padilla. «Soy marinera, patrona y ama de casa». Así se autodefine esta mujer de poco más de 30 años que un buen día, y de esto ya hace unos 8 años, vio que en su país natal, Colombia, «no podía sobrevivir por la falta de trabajo», y, sobre todo por la privación «de seguridad para las mujeres».

Lorena optó por emigrar y eligió España, «Galicia, A Coruña», señala. Pero el paraíso que le vendieron no era tal. «El trabajo también escaseaba y las propuestas no eran buenas», dice.

Conoció a Fran, un niño que creció siendo marinero y que sigue siendo un lobo de mar. Decidieron formar pareja «porque Fran es muy bueno, muy trabajador y me trata como a una reina», cuenta Lorena.

Pero la profesión de Fran, la de soportar golpes y golpes de mar no llamaban mucho la atención de Lorena... Pero el amor por su pareja «también me hizo amar el mar», explica. Y no lo dudó ni un instante. «Me matriculé en el curso de marinero pescador», y lo sacó con suficiencia.

Se enroló en el barco de su marido, el José Germán, de 14 metros de eslora y que se dedica a la pesca de bajura. Comenzó a aprender lo que era el arte de pescar: «De encarnar las bolsas de las nasas para el pulpo y el marisco, de poner el cebo a los anzuelos de palangre de fondo para los congrios, o de superficie, para pescar robalizas, ¡mejor robalos!», dice la marinera, «o sargos».

Estudió para mandar el barco

Lorena Padilla pasó con creces las pruebas del mareo a bordo de un barco, las preguntas del examen para ser marinera. Pero ella quería más. No lo dudó. Se preparó para sacar el título de patrona de barco de bajura. Los resultados de las pruebas fueron todo un éxito «gracias a todo el apoyo y las enseñanzas que Fran, mi compañero, que me fue enseñando durante todo este tiempo».

Desde ese momento el José Germán es patroneado simultáneamente por Fran y por Lorena. «Mi mujer conoce como yo los caladeros de pesca, porque le gusta aprender, lo anota todo en el ordenador de a bordo. Lo controla todo», cuenta Fran.

 Lorena tampoco lleva mal tener que levantarse diariamente a las cuatro de la madrugada y regresar del mar al mediodía. «Soy muy feliz así, a pesar de que después de llegar de faenar aún tenga que limpiar la vivienda, lavar la ropa, planchar... Soy feliz así», indicó.