El parricida del Día de la Madre dice que llevaba dos meses sin medicarse

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Marcos Míguez

El investigado se mantiene en que no recuerda el crimen, pero supone que lo cometió él

30 jul 2017 . Actualizado a las 08:56 h.

Ninguna de las acusaciones se cree una sola palabra que salga por la boca de Marcos Javier Mirás Montánez, el hombre de 42 años y vecino de Labañou que el pasado 7 de mayo, en el Día de la Madre, mató a su hijo de un golpe en la cabeza con una pala en un monte de Oza-Cesuras. No le dan credibilidad alguna porque aseguran que no se sostiene que un hombre que dice que no era consciente de nada hubiese trazado el crimen como lo hizo, trasladándose tantos kilómetros a un bosque para dar muerte a su propio hijo para luego regresar a A Coruña y ocultarse en un hostal. Además, que eligiera el Día de la Madre, afirman las acusaciones, significa que lo hizo para hacerle el mayor daño posible a su exmujer. Y todo eso «no lo hace un hombre que no domina sus actos», según la asociación Clara Campoamor, presentada como acusación popular.

Defiende todo lo contrario el abogado del supuesto autor del crimen, Ignacio Espinosa, que lo ha ido a visitar a la cárcel de León, a donde fue trasladado Marcos Javier Mirás Montánez para protegerlo de la ira de otros presos. El letrado echó mano del informe psiquiátrico forense que le realizaron a su cliente en prisión, para constatar que el investigado no era dueño de sus actos. Según ese estudio, el hombre padece: «Trastorno adaptativo, de la personalidad, ansioso-depresivo, psicótico; ideación de la realidad, esquizotípico, apatía y extrema vulnerabilidad». Con todo eso encima, se suma, según Ignacio Espinosa, que los dos meses anteriores a los hechos no se medicaba. Cuando debía tomar diariamente ansiolíticos, antipsicóticos y antidepresivos. Eso, según el abogado de la defensa, explica que «ese día no era consciente de lo que estaba haciendo víctima de un brote que le anulaba cualquier capacidad de raciocinio».

En prisión, recuerda Espinosa, Marcos Javier Mirás se mantiene en que no recuerda absolutamente nada de lo que hizo aquel día, «pero que por lo que le dijeron los policías, concluye que debió de haber sido él».

Las acusaciones le recuerdan a la defensa que el informe psiquiátrico no termina en sus enfermedades, que continúa diciendo que esos problemas mentales «no le afectan a la capacidad de comprender el alcance de sus actos, si bien puede existir un estímulo de suficiente entidad que le puede limitar el obrar. Sin embargo, no existe constancia de que ese estímulo haya existido».

Cuando a Marcos Javier Mirás Montánez le tocaba estar con su hijo nunca faltaba a la cita. Otra cosa es que luego lo metiera en casa de la abuela paterna y pasaran todo el tiempo en pijama sin salir a la calle. Ni siquiera cuando en el 2008 le fue impuesta una orden de alejamiento de cinco años de su exmujer este electricista en paro dejó de disfrutar del régimen de visitas que había quedado pactado cuando se divorció de la madre. Fue la única condena que recibió Marcos Mirás.

En el 2013, cuando se suspendió la prohibición de acercarse a su exmujer, esta le puso una nueva denuncia por amenazas en la Red. La policía no halló pruebas de que fuera él quien la acosaba, por lo que la causa fue sobreseída. Desde entonces, los desencuentros entre el parricida y su exesposa no llegaron a judicializarse. Pero fuentes cercanas a la familia materna dicen que las amenazas no cesaron.

El 6 de mayo recogió a su hijo en el punto de encuentro, lo llevó a casa y al día siguiente, después de ir a un bar con la víctima, se lo llevó en coche, según la policía, a un monte para matarlo. 

Será juzgado por un jurado y pedirán para él la pena permanente revisable

Si el juez instructor entiende que Marcos Javier Mirás es perfectamente imputable, el proceso irá a la Audiencia Provincial, donde será juzgado. Probablemente, el año que viene. Un jurado popular deberá decidir si el acusado era consciente de sus actos y se le puede aplicar algún atenuante, incluso la eximente completa por alteración psíquica, o es autor de un asesinato y de un delito de maltrato psíquico a su mujer, que son los delitos que le imputan, por ahora, al procesado. Además, como los hechos los cometió, presuntamente, después de la entrada en vigor del nuevo Código Penal, las acusaciones, tanto la particular como la popular, podrían pedir una condena de pena permanente revisable.