Todos los finales del verano coruñés

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

12 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El inicio del verano en A Coruña tiene fecha fija e inmutable: la noche de San Juan. En eso estamos todos milagrosamente de acuerdo. Hasta la astronomía, porque el festejo viene a coincidir con el solsticio que sirve de frontera entre la primavera y el verano. ¿Pero cuándo acaba el verano? Ahí sí que ya está la cosa complicada. Y lo cierto es que en A Coruña hay tantos finales del verano como coruñeses: unos 250.000.

Para la gente más rigurosa, el verano termina con el equinoccio de otoño, allá por el 22 de septiembre. En todo el hemisferio norte. Incluso en A Coruña. Pero a título particular cada uno fulmina el verano cuando le viene en gana, que para eso somos una ciudad de larga tradición anarquista y libertaria.

Para ciertos lugareños, el verano acabó a mediados de julio, un día que cayeron cinco gotas y salió el pesimista de turno:

-Uy, pues ya se ha acabado el verano.

Luego, por supuesto, aún quedaba mucho verano por delante, pero el agorero no se apea de su cantinela, respaldando su teoría en las cuatro nubes que siempre están de guardia en el cielo de A Coruña para que no nos achicharremos.

Para muchos, el verano se extingue el 15 de agosto, que es cuando dicen que ya se le nota a los días, o sea, que anochece antes de las diez y uno tiene que ponerse la rebequita para tomar la caña de la tarde.

Para la mayoría, claro, el verano se termina el día que vuelven al curro, así que el 31 de agosto asistimos a las letanías de rigor de los quejicas que liquidan una estación aún vivita porque tienen que madrugar y buscar aparcamiento, pasando mucho de lo que diga el calendario e incluso la NASA.

Y ayer se acabó el verano para los niños de primaria e infantil (los de secundaria aún tiene unos días más de libertad condicional), que volvieron al cole un poco nerviosos y alterados, con esa risa floja que te entra cuando abrazas de nuevo a los amigos pero todavía tienes que ver cómo es la profe nueva.

Para mí, por esa manía de llevar la contraria a unos y otros, el verano en A Coruña se termina cuando un funcionario municipal pasa con su camioneta por el centro recogiendo las figuras de los grandes del cómic que plantan por Viñetas desde o Atlántico. Estos días ya habían desaparecido Batman de la cornisa del Banco Pastor y Spiderman de lo alto del Obelisco. Pero ahí seguían ayer, resistiéndose a la vuelta al cole, Corto Maltés en la esquina de la Barrié y mi favorito de todos los tiempos: Carpanta agarrado a su bocadillo de chorizo en la puerta del Hotel Atlántico. A Escobar, que puso a Carpanta a vivir debajo de un puente, le haría mucha gracia verlo en un cuatro estrellas. Así que, mientras no venga Protasio a llevarse a Carpanta a casa, disfrutemos de los últimos coletazos del verano.