Quejas por exceso de velocidad a la salida de un colegio en la avenida de Pablo Picasso

Brais Capelán A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

quejas de padres y madres po la velocidad de los coches en la salida de colegios.Colegio salgado Torres y Rafael Puga
quejas de padres y madres po la velocidad de los coches en la salida de colegios.Colegio salgado Torres y Rafael Puga Jacobo Ameneiro

La Policía Local ya procedió a multar a los vehículos que estacionaban en el carril bici

16 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ayer concluía la semana inicial de clases en los centros de infantil y primaria. Lo hacía sumando casi 22.000 alumnos que se incorporaron a las aulas de secundaria y bachillerato en la ciudad y su área metropolitana. Como de costumbre, estos primeros días afloran numerosas quejas de las familias sobre las instalaciones, los horarios o, como es el caso, la seguridad de los menores a la salida de los centros.

Una madre ha llegado a remitir una carta al alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, por la falta de control policial a la salida del colegio Salgado Torres, situado en la avenida de Pablo Picasso. El detonante que ha provocado su misiva es el exceso de velocidad de los vehículos en la zona, que podría provocar graves consecuencias debido a la gran aglomeración de personas a la hora que finalizan las clases, las dos de la tarde.

«El lunes, día de inicio del curso escolar, comprobé, como viene siendo habitual, la acumulación de tráfico a la puerta del Salgado Torres», cuenta Eva María Monteagudo, que tiene a su hija de 11 años en el centro. «Este hecho se produce en una zona en donde creo que existe un radar que limita la velocidad a 30 kilómetros por hora debido a la acumulación de centros escolares», continúa. Esta madre alerta de que estuvo a punto de ser alcanzada por un autobús urbano en un paso de peatones, cuando volvía a su domicilio con su hija.

Por todo ello, Eva María Monteagudo exige «los mismos derechos en lo que respecta a la seguridad del control del tráfico a la salida de los centros públicos de la segunda fase de Elviña que en el resto de colegios de la ciudad», ya que denuncia la falta de presencia policial que regule el tráfico de vehículos a partir de las dos de la tarde, hora a la que concluyen las clases.

Sin embargo, una docente del Salgado Torres asegura que «apenas hay problemas nunca» en la avenida de Pablo Picasso, que está equipada con bandas sonoras y rugosas que hacen que los conductores disminuyan la velocidad.

El Ayuntamiento -a través de la misiva al alcalde y de avisos al 010- y la Policía Local ya están avisados de las quejas.

Presencia policial

Un padre comentaba ayer que «la policía ha estado multando los vehículos que aparcan en el carril bici». «Me parece muy bien, porque los coches impiden a los conductores ver a la gente que cruza», señalaba, afirmando que no cree que haya grandes deficiencias en cuanto a la seguridad de los pequeños antes y después de las clases.

La zona, con dos áreas de aparcamiento próximas -una justo en frente-, acumula tráfico a determinadas horas. También influye que del párking partan la mayoría de pruebas de conducción, lo que puede saturar su capacidad.

Seis centros de enseñanza en un radio de un kilómetro

En la zona donde se encuentra el colegio Salgado Torres hay otros cinco centros de enseñanza. Entre los dos que se encuentran más aislados hay apenas un kilómetro de distancia.

El primero se encuentra en frente de la estación de trenes, en la avenida do Ferrocarril. Se trata del Wenceslao Fernández Flórez. Las familias que recogen a sus hijos en coche aparcan en doble fila en la entrada y a lo largo de la avenida General Rubín, que conduce al Rafael Puga Ramón, un instituto donde también se estaciona de forma irregular al finalizar las clases. El siguiente sería el Salgado Torres, ya en la avenida de Pablo Picasso. A continuación se encuentran el centro de preescolar y el instituto de Elviña, este último, justo al lado del centro de salud. Esta zona también sufre las aglomeraciones de automóviles en las horas de entrada y salida de los colegios. El último centro es el Alborada, que se encuentra en la calle San José de Calasanz.