CESAR QUIAN

20 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Aún quedan dos horas para llegar», me dice a media tarde Sara Pampín desde el autobús con dirección a Madrid al que se subió por la mañana. Esta joven coruñesa de 20 años viaja con su amiga Antía López para asistir al concierto que el colombiano Maluma ofrece hoy en la capital. «Compramos las entradas en mayo y el billete de avión en junio. Cuando anunciaron que iba a cantar en Santiago ya no pudimos cancelar el vuelo y ahora van y nos lo cancelan ellos», se lamenta Sara, una de las damnificadas por la mala planificación de las vacaciones de los pilotos de la compañía que obligó a suspender cantidad de vuelos. «Lo positivo es que nos quedamos un día más porque el avión de regreso era el jueves (por mañana) y en bus volvemos el viernes», confiesa Sara. Juventud, divino tesoro.