«Me contratan solo dos días al mes para sustituciones en el Sergas»

JUAN TORREIRO A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

El paro subió en noviembre en la ciudad, aunque se redujo en el índice interanual

05 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Llevo más de diez años sin trabajo fijo» declaró ayer María del Carmen tras visitar un día más la oficina de empleo de Monelos. Esta auxiliar de enfermería de 57 años cree que «después de tanto tiempo, esto es ya una costumbre». María del Carmen dice que «normalmente me llaman para las sustituciones para alguna baja, pero los contratos no pasan de tres meses», afirma, reconociendo que «la edad también influye mucho para dejar de recibir ofertas de trabajo». María del Carmen sabe que está en esa franja complicada y «ahora va a ser muy difícil encontrar algo a largo plazo», señala con resignación, además de engrosar la lista de parados de larga duración. De las 64 personas que perdieron el empleo en A Coruña entre octubre y noviembre, la mayoría son mujeres (34).

Noviembre dejó fríos resultados en los cifras del paro. En todas las ciudades gallegas aumenta el número de desempleados salvo en Vigo, que baja en casi 400 personas. En A Coruña ciudad, el mes de noviembre se cerró con 64 personas más en el paro, una subida del 0,30 % con respecto al mes pasado, aunque en la comparación interanual la cifra es de un -5,53 %, es decir, más de 1.600 personas consiguieron empleo a lo largo de año. En el resto del área metropolitana las cifras tampoco son para tirar cohetes. Los concellos mejor situados en el ránking de creación de puestos de trabajo son Carral (20), Oleiros, (17) y Oza-Cesuras (15).

Por otra parte, en una situación similar a la de María del Carmen está María, también titulada en auxiliar de enfermería. «Desde el verano, trabajo dos días al mes», reconoce está mujer de 56 años, que comenta que «me avisan del Sergas para sustituciones puntuales y, claro, tampoco estoy en condiciones de decir que no», aclara. «No puedo lamentarme. Es lo que toca...». María trata de acostumbrarse a esta situación «a la espera de que mejoren las cosas».

La puerta de la oficina de empleo de Monelos es un constante goteo de personas que entran y salen para hacer sus gestiones. Revisando la documentación está Sonia, de 38 años, casada «y sin hijos», aclara, que lleva cuatro meses visitando este lugar después de cinco años de contratos temporales. «Ahora mismo cogería cualquier cosa. Necesito trabajar», asegura con decisión.

Aumenta el desempleo entre los jóvenes con formación menores de 30 años

Otro de los factores negativos que arrojan los datos de desempleo de noviembre es el aumento de parados, casi 500 más en toda Galicia, de contratos para jóvenes menores de 30 años. Gabriel está en esta franja. Tiene 23 años y es técnico en prevención de riesgos laborales. El joven afirma que desde que acabó sus estudios solo encontró trabajo de su sector «una sola vez, y para eso fueron cuatro meses de prácticas». Eso fue en abril del año pasado y «desde entonces encontré otras ocupaciones, como mozo de almacén, pero nada que tenga que ver con mi formación». Gabriel se lo toma con calma y comenta que acaba de llegar de Alemania de «hacer unas prácticas de empresa, con una ayuda de la Fundación Paideia», pero reconoce que está el mercado muy complicado, «pero hay que seguir insistiendo para intentar trabajar en lo que me gusta», reconoce este joven.

Primera vez en la cola

También hay trabajadores que se ven por primera vez en las colas del paro. Es el caso de Laura, de 37 años, casada y con una hija. «Llevaba casi diez años trabajando de teleoperadora para una conocida empresa energética y el mes pasado se acabó mi contrato», explica. De momento, Laura dice no estar demasiado preocupada, «es la primera vez que me quedo en el paro y tampoco quiero agobiarme ahora y tratar de encontrar algo a toda prisa». Esta joven señala que tiene «dos años de paro y me gustaría seguir trabajando en lo mismo y no coger lo primero que me aparezca, por eso me voy a dar un tiempo», aclara Laura.