Manuel Aguilar: «Es enormemente fácil enamorarse de un proyecto como el nuestro»

FErnando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

Sustituye en el cargo a María Elena Viturro, que fue presidenta durante 25 años

24 abr 2018 . Actualizado a las 09:36 h.

Su experiencia en el terreno social, como director de la Obra Social Caixa Galicia o gerente de la Fundación Emalcsa, hacía a Manuel Aguilar un candidato idóneo para afrontar el difícil reto de sustituir a María Elena Viturro al frente de la Junta Provincial de A Coruña de la Asociación Española Contra el Cáncer. Un reto que Aguilar no ha dudado en aceptar.

-Tiene sobrada experiencia como gestor de proyectos sociales.

-Sí, pero esto es muy diferente de lo que he hecho con anterioridad porque se trata de un trabajo voluntario que hay que llevar a cabo robándole tiempo al ocio, la familia y el descanso.

-¿Qué le llevó entonces a aceptar el cargo?

-Que no entiendo cómo puede no aceptarse. Me cuesta creer que alguien pueda negarse a mejorar su entorno si está en su mano. Pero es que, además, en este mes he descubierto que es enormemente fácil enamorarse de nuestra asociación y de toda la gente que está aquí trabajando. El espíritu de todos los que están aquí luchando para mejorar las condiciones de vida de los enfermos y conseguir recursos para la prevención y la investigación es algo increíble.

-Sustituye a María Elena Viturro, que ha dejado una huella muy profunda en la asociación en sus 25 años como presidenta.

-Soy muy consciente de eso. Pero también sé que la tengo ahí para todo lo que la pueda necesitar. Me está acompañando a conocer a los voluntarios de las cuarenta juntas locales de la provincia, me está presentando para que en la asociación se perciba que no hay un punto y aparte ni una ruptura. Espero que sepamos darle continuidad a su trabajo.

-¿Qué se ha encontrado al llegar a la asociación?

-No me esperaba lo que he visto, y así se lo he dicho a todos los voluntarios y los socios. A pesar de ser un ente con un ámbito de actuación tan definido, llega de forma capilar a todo el territorio y a toda la sociedad, moviliza mucha energía solidaria. Lo que más me ha sorprendido han sido las personas, las juntas locales, mayoritariamente femeninas, por cierto, con unas ganas de luchar enormes. Y sobre algo que siempre es sensible cuando hablamos del tercer sector, me he encontrado con una asociación muy bien organizada, con un código ético muy estricto, con transparencia total y bien gobernada. Así que es una entidad muy bien montada, muy sólida y eficiente pero, al mismo tiempo, tiene un ambiente de trabajo y una empatía maravillosa, lo cual no siempre es fácil de congeniar.

-¿Cuál es el plan de trabajo que se plantea en esta nueva etapa?

-No tengo que inventarme nada nuevo, porque está todo muy bien estructurado. Tiene un plan estratégico de ámbito nacional que define muy bien cómo hay que hacer las cosas, que es básicamente con pico y pala, para conseguir sus metas.

-¿Y cuáles son estas metas?

-Hay tres fundamentales. Lo primero, el enfermo. Para eso la asociación cuenta con terapeutas y especialistas, aunque también nos ocupamos del ámbito de la desestructuración económica que muchas veces supone esta enfermedad para quien la padece. Otra meta fundamental es la prevención, porque el mejor cáncer es el que no se tiene. Desde hace 25 años colabora la asociación con la administración sanitaria en los programas de detección precoz. Y por último, la investigación, en la que colaboramos con los recursos que conseguimos con las iniciativas que pone en marcha cada junta.

«Respondemos a necesidades sociales que van más allá de lo sanitario»

La labor de la AECC se extiende a ámbitos que van más allá de lo sanitario, según destaca Aguilar.

-¿Cuenta con recursos la asociación?

-Nuestro mayor recurso son las personas. El tejido de voluntarios con el que contamos realiza un trabajo encomiable y muy necesario en todos los aspectos, desde la consecución de recursos económicos a través de las cuestaciones y el resto de actos que llevamos a cabo con ese fin, al trato directo con los enfermos y sus familias, el acompañarles en el hospital, ayudarles en las gestiones... Son la base fundamental de nuestra labor y sin ellos no sería posible nada de esto.

-La AECC siempre ha tenido especial acogida en A Coruña.

-He encontrado un cariño enorme hacia nuestro trabajo, supongo que en buena medida fruto de la labor ejercida por Elena Viturro y su equipo durante todos estos años, pero también por el hecho de que el cáncer se ha convertido en un problema que nos afecta a todos, de una u otra manera.

-Ya no es solo un problema sanitario, sino también social.

-La relación de la sociedad con el cáncer va evolucionando. La sanidad cada vez da más prestaciones, los tratamientos son cada vez más eficaces... Pero surgen nuevas necesidades. Por eso este año se puso específicamente de manifiesto el problema social que genera esta enfermedad en muchas familias. ¿Qué pasa con esas personas que dejan de recibir ingresos por la enfermedad, que pierden sus trabajos, que son autónomos y no pueden abrir sus negocios? Hay que ser muy dinámicos, estar alerta y tener la capacidad de responder a las nuevas necesidades que surgen y que no son sanitarias, sino que tienen un componente social y económico.