Rosario López Ricos: «Si el enfermo no es el centro de tu trabajo, no amas esta profesión. Y eso es un drama»

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

Médica y organizadora del congreso de formación, reivindica la humanización en el ejercicio sanitario

03 oct 2018 . Actualizado a las 10:47 h.

Rosario López Rico (A Coruña, 1968) es alergóloga del Chuac y además preside la Comisión de Docencia del área sanitaria. Estos días anda más atareada de lo mucho que ya suele estarlo, ya que también preside el comité organizador del congreso de la Sociedad Española de Formación Sanitaria Especializada, que se inaugura hoy en Palexco.

-¿Qué supone la celebración de un encuentro como este?

-Es importante, es la primera vez que viene a Galicia un congreso sobre formación sanitaria especializada y es un momento importante para darle visibilidad a la docencia gallega. La Administración se ha implicado para facilitar que los tutores puedan asistir, porque además se celebra el encuentro nacional de tutores y jefes de estudio, y también asistirán residentes, no solo médicos, sino de enfermería, farmacia, psicología, biología...

-El programa pone bastante acento en los tutores.

-¡Es que hay que cuidarlos! En la docencia sanitaria está implicado todo el hospital porque el Chuac es un hospital universitario y todo el mundo se interesa por la formación, tanto de los alumnos de Medicina como de los residentes que ya son médicos o enfermeras y están haciendo la especialidad. Pero el tutor va más allá, realiza una labor que va mucho más allá. Se ha avanzado en su reconocimiento, pero queda camino por recorrer.

-¿Cuál es su misión?

-Hacen de todo. El tutor es el que está en el día a día, pendiente de todo, de cada problema, cada necesidad. Ser residente es una profesión con una carga emocional muy importante. Siempre digo que la residencia es una forma de vida, es un período apasionante, pero también muy estresante, por eso necesitan un apoyo especial. Y el tutor se conoce la vida y milagros de sus residentes. Es el guía de lo que serán los futuros especialistas y, por tanto, del futuro de la profesión. Se merecen un capote. Yo, además, creo en el tutor como mentor.

-¿Por qué?

-Para mí el tutor con mayúsculas es Alfonso Solar (gastroenterólogo infantil) porque te transmite la esencia de la profesión. La parte académica o técnica de este trabajo la aprendes, pero hay otras vertientes realmente importantes y esas te las enseña el profesional de verdad. Eso es un tutor. El trabajo de ser médico, o enfermera, o biólogo, o psicólogo en un hospital, o en un centro de salud, tiene un plus: tratamos a diario con personas y personas que sufren. Nuestro objetivo desde la Comisión de Docencia es que, además de aprender todo lo técnico, los residentes que se están especializando no pierdan eso de vista. Si el enfermo no es el protagonista de la historia, no es el centro de tu trabajo, no amas esta profesión. Y si no amas la profesión... eso es un drama. ¡Incluso desde el punto de vista egoísta: estos profesionales que se están formando van a ser los que nos cuiden a nosotros mañana! 

Álex Rovira cerrará el congreso con la charla «Valores que crean valor»

Lo que se encontrarán las 300 personas inscritas en el congreso que desde hoy y hasta el viernes se celebra en Palexco se resume, en buena medida, en el título del simposio: Compromiso humano innovador.

El comité organizador, que preside López Rico, ha tratado de acentuar la necesidad de que los aplaudidos y eficaces avances tecnológicos vayan de la mano de la humanización en el ejercicio de las profesiones sanitarias. Por ello, durante tres días se celebrarán talleres, mesas redondas y se presentarán estudios en un encuentro que será clausurado por el economista, empresario, consultor y escritor Álex Rovira. El autor, entre otros muchos, de La buena suerte, hablará de Valores que crean valor.

Antes, los congresistas pasarán revista a temas como las necesidades de formación del tutor, su reconocimiento, la organización de la docencia, la evaluación por competencias de los residentes, sus problemas de salud, la capacitación de los jefes de estudio o el control de calidad de la formación. Habrá tiempo también para reflexionar sobre asuntos como la llamada medicina de las virtudes o la ética de la docencia.