Grietas en el patrimonio de la ciudad

Andrea Presedo
andrea presedo A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

FACHADA DE LA ATALAYA EN LOS JARDINES DE MENDEZ NUÑEZ.
FACHADA DE LA ATALAYA EN LOS JARDINES DE MENDEZ NUÑEZ. EDUARDO PEREZ

Los arquitectos alertan del deterioro de edificios públicos tras la caída de cascotes del Kiosco

18 nov 2018 . Actualizado a las 22:51 h.

«Tengo la sensación de que se está perdiendo el alma de los edificios. El mantenimiento es fundamental para que no se mueran», dice el arquitecto Alberto Unsain, expresidente de la delegación coruñesa del Colegio de Arquitectos de Galicia. Lo cierto es que, a ojos de los profesionales de la arquitectura, la ciudad está llena de inmuebles descuidados en cuanto al mantenimiento. «Aquellos que son públicos son los que están peor conservados en nuestra ciudad. No existe un servicio de mantenimiento», declara el arquitecto Xosé Manuel Casabella. Todos coinciden en la necesidad de llevar a cabo procesos de mantenimiento preventivo, con «inspecciones más frecuentes a los que tengan cierta edad», comenta Roberto Costas, presidente de la delegación de A Coruña del Colexio de Arquitectos de Galicia. Añade que «no puede ser que se caigan pedazos de edificios. Se deteriora así todo el patrimonio de la ciudad», con inmuebles muy afectados.

El Ayuntamiento de A Coruña cuenta con un presupuesto de 860.000 euros destinados a la partida de gastos en inversiones de bienes patrimoniales, de los que, a 12 de septiembre, solo ha gastado 91.668 euros. Una cifra que equivale al 10,7 % del total disponible. 

Kiosco Alfonso

Desprendimientos de la cornisa. El emblemático edificio coruñés fue protagonista esta semana de la caída de varios cascotes de su fachada, evidenciando la falta de conservación, que se lleva reclamando desde hace tiempo y que fue constatada por el Ayuntamiento desde el 2016, según aparece recogido en un informe municipal de ese año, en el que se detalla el «riesgo importante para la seguridad» que generaba el estado del edificio, sin que se procediese a actuar en él hasta principios esta semana. 

El inmueble no había recibido labores de conservación desde el 2008, momento en que se pintó la fachada de forma integral. «Es, quizás, en ese momento cuando deberían de haber aprovechado la instalación de andamios para hacer un diagnóstico de los armados del hormigón», explica el arquitecto Xosé Allegue. Según el Ayuntamiento, las obras de rehabilitación del Kiosco Alfonso comenzarán antes de fin de año.

La fachada posterior ha sido una de las más afectadas por el paso del tiempo. Además de la falta de mantenimiento, Casabella señala que «la gran cantidad de tráfico que hay en la salida del túnel de la Marina afecta inevitablemente al Kiosco Alfonso». 

Durán Loriga

Caída de una piedra. El edificio donde se encuentra la biblioteca municipal de Durán Loriga tampoco se salvó del deterioro del paso de los años. Al contrario que en el Kiosco Alfonso, en donde los desprendimientos se produjeron dentro de una inspección controlada del inmueble, en este una de las piedras que forman parte de la cornisa de las ventanas del edificio se cayó de forma imprevista. «Es un edificio de cierta edad. Necesita planes de mantenimiento, centrados sobre todo en las cornisas próximas a la cubierta porque están más expuestas al agua y a la consecuente corrosión del material», explica el arquitecto Antonio Deus. 

Cementerio de San Amaro

Filtraciones y rejas. El camposanto coruñés reclama atención desde hace tiempo. Recientemente se han aprobado las obras para comenzar los trabajos de restauración de sus cubiertas que, según explicó la concejala de Medio Ambiente, María García, permitirán «atallar as filtracións de auga, será integral e suporá tamén a instalación de novas canalizacións, drenaxes e reparacións da rede eléctrica». Por su parte, hay muchos otros elementos necesitados de labores de conservación. «Una de las joyas arquitectónicas de San Amaro es su capilla. Alguien tuvo la ocurrencia, ya hace años, de graparle unas rejas a la piedra, que se está abriendo por su culpa», explica Felipe Senén López, historiador. Destaca también que se debería impulsar el valor histórico del camposanto. «Merece que cuente con indicativos que señalen los pabellones y tumbas donde descansan los personajes más ilustres, ya que forman parte de la cultura universal», añade Felipe Senén. 

Atalaya de los jardines

Descuido en el tiempo. Conocida también como la casilla-biblioteca de los Jardines de Méndez Núñez, esta obra de 1933 precisa mejoras en cuanto su conservación. «Este edificio, de propiedad municipal, es ahora un amasijo de intervenciones torpes, suciedad y descuido», denuncia el arquitecto Fernando Agrasar. La Atalaya, explica, «recoge el espíritu de las vanguardias y del lenguaje de la modernidad arquitectónica en Galicia». Reconoce que recuperar su estado y usos originales «no precisa de una gran inversión, y así contaríamos con un útil testimonio histórico de nuestro patrimonio».

Los inmuebles modernos tampoco se salvan de la falta de mantenimiento

La falta de mantenimiento de los edificios en A Coruña no se limita únicamente a aquellos de avanzada edad, sino que varios inmuebles de creación reciente también presentan signos de deterioro que se pueden percibir a simple vista. El centro de exposiciones y congresos Palexco es un claro ejemplo. «No hay más que acercarse y observar su estructura. Es metálica y tiene varias partes que están oxidadas», comenta el arquitecto Alberto Unsain. El deterioro de ese tipo de materiales se produce de forma más rápida en ciudades próximas a la costa como A Coruña. «Palexco está muy expuesto al mar. La estructura metálica se comporta mal ante la salinidad. Sabiendo esto, los materiales se deberían renovar con una periodicidad mayor», dice el arquitecto Antonio Deus. Sobre este centro, que fue inaugurado en el 2005, el arquitecto considera que «en cuanto se ve un perfil con síntomas de óxido hay que actuar con rapidez».

El edificio de la Fundación Luís Seoane sufre el mismo desgaste que el anterior. Situado al lado del Hospital Militar, su fachada también está en constante contacto con la brisa marina. «En este tipo de ambientes los edificios se vuelven más vulnerables. Por eso se puede ver que hay ciertos elementos con óxido», señala Roberto Costas, presidente de la delegación de A Coruña del Colexio de Arquitectos de Galicia.

Las barandillas del paseo marítimo tampoco se salvan de las inclemencias del tiempo. «Ponemos dunas en las playas para proteger el paseo, pero hacen falta más medidas», apunta Unsain. 

Gas radón

El arquitecto Xosé Manuel Casabella es conocido por su participación en diferentes proyectos de la ciudad. Orgulloso de las construcciones, advierte que no se les está prestando la atención necesaria. Pone como ejemplo uno de sus últimos trabajos: el edificio de Servizo de Asesoramento e Promoción do Estudante (SAPE), en el campus de Elviña, construido hace 25 años. En una de las entradas se puede apreciar el mal estado de conservación de las vigas metálicas que, pintadas de blanco, están llenas de óxido. En este caso, según explica, no se debe a un problema derivado del clima, sino al gas radón. «Es un edificio que está enfermo a pesar de que existen formas de evitar que se deteriore por esta sustancia», comenta. Entre ellas destacaría la «instalación de una cámara de aire y de suelos específicos». Pero antes, apunta, «habría que hacer una limpieza completa, sanear las partes de hierro y luego volver a pintar». 

Costes de reparación

Los expertos coinciden en que los gastos para mantenimiento de los edificios son elevados, pero «cuando ya es tarde y hay que hacer algún tipo de reparación, el coste es mayor», explica Antonio Deus, quien no duda en señalar que en los inmuebles de titularidad privada «se actúa en cuanto ven un pequeño desperfecto», con mayor rapidez que en los públicos, en donde «los trámites son más lentos», según opina Xosé Allegue. Por su parte, Casabella añade que «la Administración pública es muy descuidada en cuanto a conservación».