Malú: «Soy mi peor enemiga, mi autoexigencia es enfermiza»

A CORUÑA CIUDAD

Rubén Martín

La cantante llega a Galicia dentro de Oxígeno Tour, la gira de sus sueños, totalmente recuperada de la rotura de ligamento que la obligó a posponer los primeros conciertos de un show muy potente en el que demuestra que está más en forma que nunca

20 feb 2019 . Actualizado a las 11:46 h.

Es una de las artistas que más fuerza desprende en el escenario. A sus 36 años no ha perdido ni un ápice de la energía que conquistó a todo el país cuando se dio a conocer con tan solo 18 años y de la mano de Alejandro Sanz como padrino para presentar el ya clásico Aprendiz.

La caída que sufrió a pocas semanas de iniciar su Oxígeno Tour durante uno de los ensayos, y que la obligó a posponer el comienzo de la gira, no le ha quitado la ilusión de salir a cantar. Ahora, a punto de llegar a A Coruña, donde ofrecerá un concierto el sábado, se abre en canal para reivindicar su papel en el panorama musical español.

-¿Totalmente recuperada?

- Sí, estoy superbien. El pronóstico era feo, me dijeron que tenía una rotura de ligamento, pero trabajé durísimo para recuperarme porque tengo muchísima ilusión con este tour. Los médicos me dijeron que esto se sacó adelante en tiempo récord porque me moría de ganas por estar bien. Empezamos ya el pasado día 9 en Málaga y mañana estamos en Galicia.

-Se lesionó ensayando. ¿Hay mucho baile en el espectáculo?

-La verdad es que fue una caída muy absurda; no estaba haciendo malabarismos, ni nada de riesgo... Fue una tarima que estaba un poquito más salida y la pisé mal.

-De Málaga hasta A Coruña. ¿Hay diferencia entre un público y otro?

-No, yo a mis gallegos los adoro y rugen igual que los andaluces e igual que los catalanes. Es un rugir que se hace unánime con la música independientemente de de donde seas. Es lo bonito.

-En sus 20 años de trayectoria, es la primera vez que se ve obligada a posponer el inicio de una gira. ¿Cómo se ha sentido?

-Es la primera vez que le ves las orejas al lobo y piensas cómo es posible que a una semana de arrancar la gira me pase esto. Yo le decía al médico: «Tienes una semana», y el hombre con mucha psicología trabajó muy bien y me recuperé a tiempo. A mí me dio muchísima rabia, pena y dolor. Al final lo cuentas con una pena horrible y yo no quería darle dramatismo, quería contarlo al revés, pero se me partía el alma al pensar en todos los fans.

Rubén Martín

-Lleva 20 años girando. ¿En qué ha cambiado Malú en este tiempo?

-Hay una evolución natural de los 16 a los 36 bastante grande, que además se ha ido reflejando en cada uno de los discos. En este último hay una madurez para poder desgranarme, abrirme en canal y decir: «Esta soy yo». Con los años te quitas muchos filtros del medio y muestras realmente cómo eres en tus canciones. Y en el caso de la gira creo que hay algo muy bonito en este show. Después de 20 años aprendiendo, Oxígeno Tour es el tour de mis sueños.

-¿Hay alguna canción que ahora diga: «¡No me gusta nada!»?

-Sí, claro, hay canciones que la verdad es que ahora las escucho y digo: «¿Pero en qué momento, Malú? Pero no voy a decir cuáles...

-Con la era digital se ha iniciado una nueva forma de comunicación con los fans a través de las redes sociales. ¿Se considera más expuesta que antes?

-No, yo creo que cada uno debe tener la capacidad de manejar sus redes sociales hasta donde considere oportuno y hasta donde su salud se lo permita, no puede ser un método de estrés más. A mí me fascina el poder comunicarme con mi gente y contarle directamente las cosas y que ellos me puedan escribir a mí. Mientras siga pareciéndome divertido, está bien. Todos debemos manejar las redes sociales sabiendo que hablamos y tratamos con seres humanos. Es lo importante.

-Tu tema «Toda» salió en una lista de canciones machistas. ¿Qué opina?

-La forma que tú tienes de contar las cosas cambia con los años. Yo tenía 18 cuando grabé esa canción y no lo hice en ningún momento desde esa perspectiva, es que ni se me pasó por la cabeza... Es una letra de que te entregas totalmente como cuando te enamoras de alguien a esa edad y se lo cuentas así a tus amigas... No sería tan puntillosa con algo así, pero sobre todo porque es más divertido que machista. Lo estás hablando además con alguien feminista, que lleva toda su vida peleando porque a la mujer se le dé su lugar...

-Has participado en varias ediciones de «La Voz» como coach. Hay algunos artistas que consideran que ese tipo de programas son de entretenimiento, pero no de música. ¿Cómo lo ha vivido usted?

-No, hombre, es un programa de música y surgió en una era en la que la música no tenía cabida en televisión. De repente no había espacios musicales y apareció La Voz, un sitio en el que se hacía música en directo, y además música total en directo, no solo la voz. Yo como artista sentí que era un pequeño golpe en la mesa y estoy agradecida al programa por eso.

-¿Hacen falta más programas en los que tocar en directo?

-Antes, por lo menos, teníamos sitios adonde ir a cantar y donde contar nuestras historias, y la verdad es que cada vez son menos. Por eso yo estoy agradecida a todos los programas talent show, o como se les quiera llamar, que mediante el entretenimiento dan oportunidades a muchos talentos, a mucha gente que a lo mejor de otra forma no tendría la ventana para que les vea todo el país, porque el público es el que decide.

-Su nuevo disco se llama «Oxígeno». ¿Cuándo se ha ahogado?

-A veces sí me ha faltado el aire, pero no es por la presión de la industria, es por la presión que me pongo yo misma. Todo depende de ti. El nivel de autoexigencia que uno tenga, que en mi caso es extremo y enfermizo, es lo que hace que te puedas sentir ahogado en un determinado momento. Yo no tenía la sensación de ahogo cuando creé este Oxígeno, pero sí la necesidad de contar cosas que me llevaban más tiempo, por lo que pedí un poco de tiempo. Al parar fue cuando me di cuenta de que sí que me estaba ahogando porque sentí una bocanada de aire, de decir: «Lo conseguí».

-Se describe como muy exigente. ¿Es su peor enemiga?

-Soy mi peor enemiga al cien por cien. Muchas personas tenemos esa capacidad. Forma parte de ti y tienes que aprender a convivir con ello. Poco a poco aprendo a tratar de equilibrarlo, y algo bueno que tiene ser así, dentro de que te va comiendo poco a poco por dentro, es que siempre que haces un show sabes que estás dando el cien por cien porque no te permites menos.

-Estuvo dos años componiendo para «Oxígeno». ¿Cómo ha sido el proceso?

-Ha sido muy bonito. Lo que más me ha gustado fue ir trabajando a canciones. Normalmente tú te metes, escribes, haces todo el disco y luego entras a arreglar, a producir, etcétera. En este caso era como que me negaba a que eso pasara. Nacía un Invisible y con esa euforia, con esas ganas, con esa fuerza, con esa ilusión, quería vestirla y quería que estuviera. Me preguntaba: ¿Por qué tengo que esperar a que esté el disco cuando se lo podemos dar ahora. Y así lo hicimos. El resultado es que no es un disco que digas «¿dónde lo encasillo?», porque cada canción está vestida como sentía que tenía que estarlo.

-¿Sus letras son autobiográficas?

-Sí, además en este disco perdí todo el pudor. Desde el momento en el que hago un Invisible y te cuento que tomo decisiones en mi vida que me dan mucho miedo y que quiero desaparecer porque no sé por dónde tengo que tirar... Pierdo el pudor cuando te hablo de una Ciudad de papel y te digo que tengo mis miedos y mis inseguridades, pero déjame tranquila, que mañana vuelvo a salir a la vida a comérmela otra vez. Cuando te cuento todos los secretos y te digo quién soy, de dónde vengo, ahí es donde pierdo todo mi pudor.

-Siempre ha mostrado una imagen de mujer fuerte, ¿cree que le ha jugado en contra?

-No. Yo soy fuerte, me enfrento a mí misma constantemente y a lo que se me ponga por delante, y pese a darme miedo sigo hacia delante. Te diría que soy una cobarde muy valiente. Porque también, como ser humano, tengo mis fantasmas, mis inseguridades, mis miedos y creo que era bonito mostrarlo cuando estuviera preparada para hacerlo. Yo no he dado la imagen de mujer fuerte de mentira, también soy esa.

-En este disco dedica una canción a su tío Paco de Lucía, ¿cómo surgió?

-Para mí quedó un silencio muy grande desde el día de esa pérdida, un silencio que ha durado mucho tiempo. Pero quise contarle algo a él desde hoy, desde cómo ahora le tengo a él en mi alma. La verdad es que fue muy bonito cuando le puse la canción a Alejandro [Sanz]. Yo pensaba que me iba a decir que era horrible y se emocionó muchísimo, nos dimos un abrazo muy fuerte y no hubo palabras. Nos miramos y me dijo: «Esta es la deuda que nos teníamos pendiente». Durante muchísimos años hemos cantado mil veces en directo juntos, pero jamás habíamos grabado algo inédito y fue ahí cuando nos dimos cuenta de que era esa la deuda pendiente entre los dos porque él sintió la canción de la misma forma que yo, y era la única persona que podía sentirla así.

-Está ya en plena gira, ¿habrá algún invitado sorpresa ?

-¡Ojalá!, no lo sé... Eso siempre es difícil de saber. Son cosas que uno no puede planear, tienen que surgir. A mí no me gusta hablar de esas cosas, pero porque no siempre se puede hacer.

-¿Prefiere el momento de componer y grabar o mejor el directo?

-Los directos. A mí el proceso creativo de un disco me parece brutal y vital, es una fase fascinante. Yo lo asemejo a un embarazo, a un parto. Es un nacimiento, está el proceso de creación, pero luego lo más maravilloso del mundo es ver cómo tu hijo crece, evoluciona, se hace adolescente, va andando y de repente ya te subes al escenario y puedes contarle eso a tu gente, y encima ya con su evolución natural, musical y visual en el escenario. Yo no puedo vivir sin estar en un escenario. Definitivamente, necesito el directo.

Alejandro Sanz y yo teníamos una deuda pendiente

mañana, 21.30 horas. coliseum A CORUÑA. desde 25 euros

-Hace poco se vio envuelta en una polémica con Amaia Montero y también se comentó que estaba vetada en Telecinco. ¿Cómo vive esas situaciones ajenas a su carrera musical?

-La verdad es que no van conmigo. Creo que cada uno mira por lo suyo. Tú haces una entrevista con todo tu corazón y con toda tu verdad y yo la dejo en tus manos. El como tú lo contextualices y como tú lo quieras contar, ya no depende de mí, es algo que no está a mí alcance.

-Ha comentado que al principio de su carrera le costó mucho que la prensa se interesara por sus conciertos por ser mujer. ¿Qué pasaba?

-Nosotros tuvimos que hacer cuatro conciertos seguidos en el Palacio de los deportes de Madrid con el aforo lleno para que vinieran desde los informativos a cubrir el espectáculo cuando realmente ya estábamos haciendo historia en este país. Siempre ha sido muy difícil que los medios vinieran a los conciertos, y que los informativos le dieran la relevancia que sí le estaban dando a otros compañeros hombres. Era muy triste. Yo pensaba: «Estamos haciendo historia y encima soy de aquí, soy una artista nacional y no venís. Pero bueno, con el paso de los años, creo que poquito a poco las mujeres vamos dando más golpes en la mesa, nos vamos uniendo más, que es lo único que nos puede hacer fuertes para que se nos respete, como ya está pasando en muchos ámbitos. Es algo que siempre he dicho, somos las propias mujeres las que nos hacemos daño a nosotras mismas. Tenemos que unirnos entre nosotras.

-Ha recalcado lo de que es una artista nacional, ¿le ha pasado aquello de no ser profeta en su tierra?

-No. Y no lo digo por ser políticamente correcta. Me he sentido querida en cada sitio que he visitado. En mi país me siento querida en cada concierto que doy, y creo que es recíproco, que el amor que tengo al público es el que estoy recibiendo. Lo he sentido así en cada una de las ciudades y pueblos de mi país, que he recorrido casi todos a lo largo de estos 20 años, pero también me pasa en Argentina, en Chile, México... Y bueno, este año abrimos también la gira a Europa. Si no te sintieras querida, no podrías hacerlo.

-En una ocasión comentó que no suele ser amiga de las discográficas , ¿cree que en ocasiones les cortan las alas a los artistas?

-Es cierto que esto es una industria y formas parte de ella y hay que vender, y es cierto que nunca he sido gran amiga de defender a las discográficas, pero ahora me tengo que quitar el sombrero. Cuando yo digo stop, y explico que necesito mi tiempo porque voy a contar otras cosas y me va a llevar más, me preguntaron cuánto tiempo y dije no lo sé, cuando esté y todo el equipo ha estado esperando y trabajando para que saliera adelante y que todo el mundo pudiera escucharlo. Así que al final yo, la poco defensora de las discográficas, a día de hoy tengo que agradecer cómo se ha portado Sony Music porque me he sentido muy arropada.

-¿Cuánto cree que es de importante en su carrera el equipo del que se rodea?

-Es una parte vital, porque mientras tú estás con tu disco, haciendo tu parte creativa y tu show, tienes que tener a tu gente alrededor para siga trabajando y haciendo cosas. Al final muchas cosas dependen de ellos para que salgan bien o no, no depende solo de ti. Todo tu esfuerzo, tu fuerza y tu energía tiene que fusionarse con ellos. Yo tengo una unión muy fuerte con mi equipo, somos muy poquitos, pero muy fuertes y trabajamos muy duro. Creo que es una mezcla perfecta para que haya equilibrio y todo el trabajo que se hace salga desde una mano más cercana y realista, y no tan industrial.

-Usted es artista, por lo que su profesión dura las 24 horas del día. ¿Le ha costado su trabajo alguna relación personal?

-Sí, al final creas una vida diferente, sobre todo con mi patología de autoexigencia. Porque todo tu mundo se centra en que esté todo perfecto, y que cada uno de los conciertos sea el mejor... y eso muchas veces hace, porque me ha pasado, que se te vayan escapando cosas por los lados. Pero al final creo que en estos años he creado una gran familia, un gran equipo, que al final son mis amigos. Son muchos años trabajando juntos. Solo mi batería lleva conmigo los 20 años de carrera que tengo.

-Con esa autoexigencia, ¿cuando sale de un concierto lo disfruta o está pensando que algo ha salido mal?

-En la mayoría salgo y digo que algo ha estado mal [risas]. Los demás te miran y te dicen que ha sido brutal, pero para ti no. Por eso me he planteado un ejercicio muy en serio en esta gira, que ya me lo planteé en la anterior, que es que voy a disfrutar de cada segundo del show, falle lo que falle. No quiero perderme ni un segundo de lo que más me gusta del mundo por pensar que algo falla.

-¿En algún concierto le ha pasado algún fallo grave que aun recuerde?

-Yo creo que ese tipo de cosas, de me olvidé la letra o así, han pasado seguro, pero el cerebro tiene un mecanismo de defensa superchulo que hace que se te olvide. Porque si no, ¿cómo sigues? Si eso se te encalla ahí te acaba generando miedo.

-Has realizado muchísimas colaboraciones. ¿Hay algún artista que tenga pendiente?

-Me siento muy llena en ese sentido, adoro a todos mis compañeros. Ha sido precioso ver ahora con la lesión cómo todos se han volcado conmigo. Yo por querer, me quiero subir con todos. El disfrutar con un compañero en el escenario es magia, ese momento de complicidad tan único es como fusionarse dos seres humanos, y ojalá que pase en esta gira. Luego a la hora de grabar hicimos el álbum Dual, y ahí hice casi todos los duetos que había hecho a lo largo de mi carrera, por lo que me siento muy plena en ese sentido y pedir mas sería ya para darme un tortazo.

-Estaremos muy atentos a su concierto en el Coliseo de A Coruña mañana. ¿Qué cree que se va a encontrar el público?

-Me muero de ganas de estar en mi Coruña del alma, ¡que tanto cariño le he tenido siempre! Adoro Galicia y estoy deseando tocar de nuevo ahí. En cuanto al tour, el público se va a encontrar con un espectáculo muy potente, tanto musical como visualmente hablando.