En el 2018 quedaron sin prestar 80.000 horas de ayuda a domicilio pese a la alta demanda

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MIGUEZ

Xunta y Ayuntamiento se responsabilizan mutuamente de la baja ejecución de ese servicio social

23 ene 2019 . Actualizado a las 09:02 h.

Una de las prestaciones sociales más demandadas del Ayuntamiento es la del servicio de ayuda a domicilio (SAD). Con ese plan el consistorio ofrece asistencia por horas en sus casas a las personas dependientes que lo solicitan para facilitarles la vida.

A 31 de diciembre del año pasado había 522 dependientes que disfrutaban de esa prestación, para la que el Ayuntamiento tenía disponible un banco de 396.000 horas anuales. Eran muchos más, sin embargo, las personas apuntadas en lista de espera y consideradas por los servicios sociales autonómicos como dependientes, en total, 694 demandantes a la espera de obtener ese servicio personalizado.

Subvención autonómica

Pese a tal demanda, el servicio dejó sin prestar el año pasado un total de 80.000 horas. Se justificaron 316.000, es decir, casi la cuarta parte de las que se podían haber prestado no se pusieron a disposición de los usuarios.

El dato lo aporte la Consellería de Política Social, ya que, aunque el SAD es una prestación municipal, lo sufraga en su mayor parte la Xunta. Así, el Ayuntamiento le gira a la consellería las horas prestadas y esta abona una cantidad por hora. Cada 60 minutos de servicio se pagan en A Coruña a 14,19 euros a la empresa concesionaria. De esa cantidad la Xunta aporta 9,7 euros.

Según el Ayuntamiento, el año pasado se invirtieron 7,3 millones en ayuda a domicilio. Según la Xunta la cantidad aportada por el consistorio en SAD para dependencia fue de 1.357.000 euros.

La concejala de Xustiza Social, Silvia Cameán, reconoce que quedaron esas 80.000 horas sin prestar, pero culpa la Xunta de ello porque, dice, la consellería comunicó al Ayuntamiento el pasado septiembre, a tres meses de acabar el año, que podían aumentar precisamente esas 80.000 horas en el 2018. «En tres meses é imposible xestionar un novo contrato, tiñan que telo anunciado con antelación», dice Cameán.

En A Coruña el servicio se presta en modalidad de copago, de forma que los beneficiarios tienen que aportar una parte del precio en función de sus rentas. Así, los 1,3 millones de aportación municipal serían realmente menos porque incluyen lo que pagan los vecinos. Hace unas semanas el gobierno local apuntó su intención de eliminar el sistema de copago para asumir el coste total del SAD, si bien hasta ahora funciona tal y como lo dejó el PP. Cameán indicó que el copago aún se mantiene porque así lo estableció la Xunta y aclaró que están luchando legalmente por retirarlo porque también lastra a las rentas más bajas.

Desde la Xunta indican que hay ayuntamientos, como A Coruña, que no emplean todas las horas que tienen disponibles cada año en SAD. En el caso de consistorios pequeños eso puede suceder por la falta de fondos municipales para asumir los pagos de su parte. No sería el caso del tapón creado en A Coruña, que se podría atribuir a algún tipo de retrasos surgidos en los servicios municipales, sugiere Política Social, si bien desde el consistorio aseguran que el único problema que hay es el retraso de la Xunta en comunicar las horas disponibles: sin margen, no es posible ejecutar ese gasto.

Una de las empresas que presta parte del servicio, Clece, explica que «la tendencia siempre ha sido a que no se cumplan las horas» y explican que en su caso tenían un contrato de 35.507 horas -sin relación con las 80.000 anunciadas en septiembre por la Xunta-, de las que 2.142, el 6,42 %, no se prestaron. La empresa indica que son los ayuntamientos los que indican qué deben hacer y aclara que si no se ejecuta al 100 % la disponibilidad de tiempo es «por razones municipales» y no achacables a las compañías.

Mejor ejecución

Pese a los datos de ayuda en el hogar, los datos de la concejalía de Xustiza Social mejoraron en el 2018 en general, en comparación con los dos ejercicios anteriores.

Las cifras de ejecución presupuestaria fueron superiores a los años previos y de los 28 millones presupuestados se invirtieron 24,3 millones, es decir, 3,7 millones quedaron sin invertir, una cifra abultada pero porcentualmente inferior a los cursos previos. El millón para la renta social se utilizó íntegramente y para emergencia social lo gastado superó en un 20 % lo presupuestado, con otro millón de euros ejecutado.