«Vivo encerrada en casa porque hay vecinos que no quieren ascensor»

Alberto Mahía A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

Cuatro de los diez residentes del edificio de la calle Aaiun, en el barrio del Agra del Orzán, se niegan pese a que se les dijo que no pagarían nada. La ley le asiste, pero tendrán que llevar el asunto a los tribunales en caso de que la comunidad de propietarios no llegue a un acuerdo

08 jul 2020 . Actualizado a las 21:13 h.

Manuela López tiene 75 años, padece párkinson y vive en un quinto sin ascensor. No puede caminar sin un brazo que la sostenga y el de su marido ya está también cansado. Lleva muchos años encerrada en casa, saliendo a la calle solo una vez a la semana para ir al médico con su hija, que para bajarla y subirla tiene que superar cien escalones. Ni se acuerda cuando comenzó su lucha para instalar un ascensor en el edificio. Nunca se pudo. Hay vecinos que se niegan a su instalación. Hasta se les dijo que no tendrían que poner un céntimo, que los gastos correrían solo a cargo de quienes sí quieren el elevador. Ni con esas. «Dijeron que no y de ahí no se mueven», lamenta su hija, Salomé Datorre.

El edificio en cuestión es el número 3 de la calle Aaiun, en el barrio del Agra del Orzán. Cuenta con diez viviendas, un bajo y el garaje. Los dueños de estos dos últimos, con una cuota de participación superior al resto y, por tanto, más poder de decisión, se oponen. Y cuatro de los residentes también. Los otros seis están ya cansados de rogar al resto que cedan, «que es una cuestión de humanidad y que los que hoy son jóvenes, mañana serán mayores, pero no hay forma», dice Salomé.

En el bajo funciona una empresa de formación. El ascensor no lo usarían jamás, «pero ni diciéndoles que ellos no tendrían que pagar nada, aceptaron ninguna de los dos proyectos que le presentaron. Tampoco los propietarios del garaje, que fueron los que construyeron el inmueble. No quieren ascensor «pese a que no les tocaría ni un centímetro de sus instalaciones», según la hija de Manuela. Eso sí, le alquilaron una plaza a la familia por 70 euros al mes para poder guardar su silla de ruedas. «Como nos es imposible subirla hasta el quinto piso, nos vimos en la necesidad de pagar por una plaza de estacionamiento», cuenta Salomé Datorre.

Esta mujer se encargó de pedir dos proyectos arquitectónicos para la instalación de un ascensor. Para que los vecinos, sobre todo los que se oponen, pudiesen elegir cuál de ellos preferirían. Tampoco así se les convenció. Uno de los informes técnicos comía unos centímetros de salón en las viviendas. El otro iría por el patio de luces, «lo que no supondría molestia alguna para nadie».

También acudieron al Ayuntamiento y a la Xunta de Galicia, donde les informaron de todas las ayudas o subvenciones que hay disponibles para la instalación de elevadores en edificios antiguos y con gente mayor.

Con todo ello en la mano, con los proyectos para que eligieran el que más les gustaba, las ayudas que podrían percibir y el compromiso de que el que no lo quiera no lo pague, se reunió la comunidad de propietarios varias veces sin llegar a acuerdo alguno. Si todos quisieran, el elevador supondría un gasto por residente de 8.000 euros. A eso, habría que reducir el importe de las ayudas de la Administración, lo que el precio final se rebajaría casi a la mitad.

La ley les asiste, pero tendrían que llevar el asunto a los tribunales y eso llevaría muchos años, según les dijo el abogado al que consultaron.

Con que un solo residente lo necesite, la ordenanza obliga a su instalación

La ordenanza de conservación y rehabilitación de inmuebles que regula la instalación de ascensores en los edificios antiguos dice que con que un vecino lo necesite, se ha de instalar. Incluso contempla la expropiación.

¿Se puede expropiar metros a un propietario?

La ley contempla la expropiación de parte de los bajos comerciales del edificio o incluso de las viviendas del mismo si es necesario para poder instalar el ascensor. Se trata de un recurso «excepcional, que solo se aplica cuando cualquier otra solución se demuestre inviable técnica o económicamente.

¿Existen subvenciones?

Sí. Para fomentar la instalación de ascensores, el Ayuntamiento elevó las subvenciones, que podrán alcanzar hasta un 50 % del importe de la obra, con un máximo de 5.000 euros por vivienda en caso de que entre los residentes haya alguna persona que acredite una minusvalía física que limite su movilidad.

¿Qué ocurre cuando un vecino o varios se oponen?

La ley es clara. Con que solo una persona de la comunidad de propietarios necesite ascensor, este se instalará sí o sí. Aunque todos los demás se nieguen. El juez dará la razón al solicitante, pero antes habrá un proceso judicial que suele durar años.