El perro «influencer» y coqueto del chef del restaurante Miga

Tamara Rivas Núñez
Tamara Rivas A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

En su Instagram tiene fotos que acumulan miles de «me gusta»

06 sep 2019 . Actualizado a las 12:11 h.

En la era de la revolución digital es difícil encontrar a alguna persona que no utilice en su día a día alguna de las redes sociales que existen. Lo que es más extraño (aunque hay que reconocer que cada vez lo es menos) es que las mascotas dispongan de perfiles propios en ellas. Pincho, el perro salchicha del chef del restaurante Miga, Adrián Felípez, y su pareja, Cris Sierra, es un auténtico influencer. En su cuenta de Instagram ya tiene más de 600 seguidores y hay fotografías que cosechan más de 2.000 «me gusta».

Adrián Felípez reconoce que eso de que un cocinero tenga un perro salchicha tiene su gracia. «Siempre es un buen recurso. Si me entra el hambre, con dos panes tengo la comida montada», bromea. Además de ser un enamorado de su profesión, lo es también de los perros, de su educación, su comida y todo lo que tiene que ver con el bienestar del animal. «Tengo otro, Leo, que es un perro de aguas español. Vivía conmigo cuando estaba en Razo, y cuando me vine para A Coruña me lo traje, pero le dio ansiedad y lo llevé para Baldaio a casa de mis padres», explica. Hace un año su pareja y él aumentaron la familia con Pincho, algo que supuso un reto para ambos, ya que esta raza de perro se caracteriza por su cabezonería, si bien su inteligencia les ayuda a aprender con rapidez. Y Pincho está todavía en pleno proceso. «Al principio era muy cabezón, lo normal para un perro cazador. Nos destrozó la alfombra, pero ahora va mucho mejor y esta muy bien educado. Cuando madure será más tranquilo y calmado, aunque hay que trabajar para conseguirlo», admite.

Cris y Adrián ejercen de poli bueno y poli malo. El cocinero es el alfa de la familia, el encargado de darle educación y disciplina en el sentido más estricto, y aunque Pincho obedece a los dos, mantiene una relación diferente con cada uno. «Para ser cirujana vascular, Cris no tiene muy buen pulso porque siempre se le escurre de las manos algún trozo de carne», comenta entre risas. Ambos se toman en serio su educación hasta el punto de recurrir a especialistas para saber cuál es la manera más correcta de hacerlo. «Me encantan los perros y me encanta educarlos. Y ya que lo tengo en un piso y no es lo ideal, por lo menos tenerlo bien educado para que no sufra ni él ni nosotros», reconoce.

Antes de su faceta de influencer, Pincho ya había desarrollado un carácter muy coqueto. «Es muy cariñoso y está hecho todo un camelador. Tiene unas expresiones que resultan muy cómicas», asegura su dueño. Para comer siempre le dan pienso, pero «tiene que ser apto para el consumo humano, que es un indicativo de calidad», concluye.