Envían a prisión a una prostituta de lujo por apuñalar tres veces a un cliente

Alberto Mahía A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Cárcel de Teixeiro
Cárcel de Teixeiro CESAR QUIAN

La mujer declaró que el pasado domingo acudió a un domicilio de la ciudad y el hombre no solo se negó a pagarle el segundo servicio, sino que la agredió, por lo que ella se defendió con unas tijeras

08 nov 2019 . Actualizado a las 08:16 h.

La titular del juzgado de Instrucción número 2 de A Coruña envió este martes a prisión a una mujer de nacionalidad colombiana y en situación irregular en España como supuesta autora de un delito de homicidio en grado de tentativa y otro de robo con intimidación.

Según la Fiscalía, la ahora encarceleda, que ejerce la prostitución «de lujo», se ofrecía en una página de contactos a la que recurrió un vecino de A Sardiñeira. Quedaron en el domicilio del hombre y todo transcurrió con normalidad hasta que, en un momento dado, según la Fiscalía, el cliente le pidió un segundo servicio después de pagarle el primero, que ascendía a 150 euros. La detenida le exigió entoces que le pagara por adelantado. El hombre le mostró el dinero y continuaron. Hasta que llegó el momento de marcharse. La víctima declaró que la mujer cogió unas tijeras, clavándoselas una vez en la espalda y dos en el pecho, a escasos centímetros del corazón. Para luego llevarse la cartera del hombre y salir huyendo. El cliente, gravemente herido, llamó entonces a la policía, que arrestó a la mujer en las proximidades del domicilio.

Ya ante la jueza, la ahora presa reconoció que se dedica a la prostitución y acudió en la noche del domingo a un domicilio tras contactar con el cliente a través de una página web. Como siempre hace, le exigió el pago del servicio por adelantado. Consumieron alcohol y cocaína. Tras ello, el herido le pidió acostarse con ella de nuevo, a lo que la detenida accedió, pero pidiéndole que le pagara antes. Dice que confió en él después de que le enseñara la cartera con otros 200 euros. Al terminar, se negó a darle lo pactado. Y no solo eso, la empujó, la tiró al suelo y comenzó a golpearla. Entonces ella, siempre según su versión, actuó en legítima defensa. Dijo que cogió unas tijeras que estaban sobre la mesilla y que con anterioridad las habían utilizado para hacer las rayas de cocaína, y se limitó a quitárselo de encima. Juró no saber si llegó a clavárselas o no. La mujer presentaba una herida en un dedo, pero nada en el resto del cuerpo, según el parte médico.