Los hosteleros recurren el cierre de locales y el límite de horarios al no apreciar en la orden de la Xunta motivos sanitarios para ello

Francisco Brea
F. Brea A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Ángel Manso

Aseguran que el resto de medidas, como la separación de clientes o la reducción de aforos, son entendibles

11 ago 2020 . Actualizado a las 12:25 h.

El recurso presentado por la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia pide a la sala «la suspensión del contenido del apartado 1 y del 3 de la Disposición Tercera de la Orden de la Consellería de Sanidade», que decreta el cierre total del ocio nocturno y limita el horario de apertura. El colectivo expone que la orden que se impugna «no dedica ningún párrafo a exponer, tan siquiera mínimamente, la concreta necesidad sanitaria de cerrar las actividades de los locales de discotecas y demás establecimientos de ocio nocturno, ni la necesidad concreta de limitar el horario de los establecimientos de hostelería y restauración a las 00.30 horas».

Por otra parte, en el recurso también se alude a que «en el ámbito de preocupación sanitaria, las restantes medidas (separación entre clientes, límites de aforo...) son entendibles. De hechos son medidas ya puestas en práctica en cada una de las fases de desescalada, pero en esta orden se va más allá cuando, directamente, se ordena el cierre genérico de ciertos tipos de locales» sin explicarlo «desde el punto de vista sanitario». Así, el colectivo de hosteleros considera que la aceptación de la necesidad de las restricciones «es más un acto de fe que una evidencia científica» y que, además, «responden más a opiniones científico-políticas que a criterios netamente científico-sanitarios».

El escrito hace referencia a que se limita la libertad tanto de los empresarios a abrir su local por completo o más allá de las 0.30 horas y la libertad de circulación de los ciudadanos que quieran acudir a los establecimientos y que esas decisiones deberían «estar firmemente asentadas en sólidos criterios médico-sanitarios».

Moscas a cañonazos

Al no ser así, se apunta a que coruñeses y empresarios «se ven sujetos a una norma cuya legitimidad forzosamente es puesta en duda y que por el propio tenor con el que está expuesta, bien pudiera parecer destinada a matar moscas a cañonazos buscando una actividad expiatoria del descontrol del desconfinamiento, en vez de atender al griterío técnico que exige incrementar los medios en los centros de atención primaria y de invertir más medios en la contratación de rastreadores que permitan seguir la pista de manera efectiva a los contagios para poder adoptar concretas medidas de prevención en vez de castigos genéricos a concretos sectores económicos».

Sobre el cierre de discotecas y locales de ocio nocturno, la asociación de hosteleros expone en su recurso que se lleva a cabo «sin explicación sanitaria alguna» y dudan si es necesario o bastaría con imponer directrices bajo las cuales pudieran seguir funcionando: «Lejos de actuar de manera eficaz contra los locales en los que no se cumplan las normas, se prefiere optar por cerrar aquellos sectores de riesgo por el mero hecho de que impliquen riesgo de incumplimiento de la normativa vigente, normativa que, de cumplirse, teóricamente impediría los contagios. Sería como si para impedir que la gente cogiese los coches bajo ingesta alcohólica, se prohibiese conducir a partir de las 0.30 horas».

La competencia de cambiar horarios de cierre es de Presidencia

La Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña indica en su recurso que la competencia para modificar los horarios de cierre de los locales es de la Consellería de Presidencia, no de Sanidade, «por lo que esta nueva limitación habría sido dictada por órgano manifiestamente incompetente». Entienden que la alerta sanitaria le diera la potestad a Sanidade «si se expusiesen debidamente los concretos motivos sanitarios que justifiquen el cambio de horarios, pero nada de eso se hace en la orden que se impugna».

Por otra parte, aluden que las «recomendaciones de un subcomité clínico, de cuya existencia haremos acto de fe, habla de limitar, siempre de limitar, pero en ningún caso de cerrar actividades». Así, consideran evidente que retrasar el cierre «en nada va a cambiar ni mejorar las conductas en el ámbito de la lucha contra los contagios» y tiran de ironía al alegar que «a menos que se acabe de descubrir que el virus posee mayor carga vírica a partir de las 0.30 horas». Lo que sí provoca, afirman, es un daño «gravísimo e irrecuperable» a los negocios.

Perjuicio injusto

Esta situación creada se entiende como «inútil, porque no consigue ninguno de los efectos que pretende. Es negativa porque causa un perjuicio injusto, llegando a clausurar de hecho la actividad de todo un sector». También se tilda de «desproporcionada», cuando «científicamente no consta demostrado que un sector de la economía en genérico, al margen de la actuación individual de cada empresa, sea culpable de la expansión del virus».

Por último, aluden al difícil momento que atraviesa el sector de la hostelería, que viene tras meses sin actividad debido al confinamiento: «De ahí la urgencia de las medidas cautelares que se solicitan, porque cada día que pasa es un paso más hacia la ruina». Así, recurren únicamente aquellas restricciones «que entendemos desproporcionadas y no las restantes que, pese a dañar económicamente al sector, comprendemos que son necesarias al estar la salud por encima de cualquier otra consideración».