«Por mí, me quedaría en el poblado para siempre», dice una de las últimas 10 familias que quedan en A Pasaxe

Alberto Mahía A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Marcos Míguez

Una excavadora derribó este viernes dos chabolas una vez que el Ayuntamiento entregó a sus propietarios las llaves de una vivienda

28 ene 2022 . Actualizado a las 20:58 h.

Una pequeña excavadora derribó este viernes dos chabolas en el asentamiento de A Pasaxe. En ellas vivían desde hace años dos jóvenes familias que hace unos días se mudaron a viviendas con todas las comodidades que jamás tuvieron en el poblado de la Conservera Celta. Servicios Sociais se encargó de facilitarles la búsqueda de un piso en régimen de alquiler y los nuevos inquilinos tendrán que hacer frente a la mitad de los costes, así como someterse a cursos sociolaborales. «Se han ido muy contentos», decía la madre de uno de ellos. Una mujer que se crio frente a la ría, ahí nacieron sus hijos y le da mucha pena tener que abandonar algún día lo que fue su hogar. «Por mí, me quedaría para siempre. Aquí lo tengo todo y acostumbrarse a un piso es muy difícil», dice. Pese a todo, en cuanto le den las llaves de un piso, las cogerá y se irá, promete.

Tras la marcha de estos últimos realojados, el asentamiento se va vaciando. De chabolas, que no de chatarra. Los residentes de este núcleo se dedican en su inmensa mayoría al desguace de todo tipo de material y necesitan un terreno para almacenar y trabajar el género. Como hacerlo en un piso es imposible, los que se han ido regresan a diario a trabajar. Y eso es un problema para su futuro económico y laboral. Por el momento, el poblado les seguirá sirviendo de almacén. Cuando un día lo sellen después de realojar a los que quedan, no saben qué van a hacer. «Vamos a tener que alquilar un pequeño bajo», dice Antonio dos Santos.

Al respecto, desde el Ayuntamiento se aclara que es importante que los técnicos encargados de acompañarles en esta transición a una vivienda normalizada encuentren una alternativa que se adapte a sus necesidades, ya que muchos de ellos viven de la chatarra y necesitan un lugar en el que poder amontonarla y trabajarla o de las atracciones de feria, que requieren un espacio para estar guardadas mientras no se puedan celebrar fiestas.

A día de hoy, ya solo quedan diez familias en el asentamiento de A Pasaxe. Durante el año pasado, fueron cinco los realojos. Muy pocos debido a que el plan de realojamiento estuvo paralizado durante los meses de confinamiento.

La concejala de Servicios Sociais, Yoya Neira, explica que los realojos se llevan a cabo en función de varios factores, «como son la disponibilidad de vivienda adecuada a las características de estas familias y la voluntad de las mismas para abandonar el poblado».

Neira defiende que es necesario el trabajo previo para conseguir que dejen sus infraviviendas y para que lo hagan en el momento y las condiciones precisas que propicie que ya nunca más vuelvan a residir en estas condiciones y, para ello es necesario el acompañamiento y el seguimiento en el proceso.