Josefa: «Saqué el carné de conducir a los 65»

A CORUÑA CIUDAD

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«Nunca es tarde» es lo que pensó esta vecina de Arteixo para cumplir uno de sus sueños pendientes: llevar su propio coche. En la autoescuela le llamaban la «abuela», pero ella era la que se sabía las respuestas de todo; aprobó el teórico a la primera, y el segundo...

30 mar 2021 . Actualizado a las 07:48 h.

Josefa tiene 65 años y se ha dado el regalo de celebrarlos cumpliendo uno de los retos que tenía pendientes: sacarse el carné de conducir. Siempre lo había querido hacer, le gustaba pensar en esa independencia, pero como ella se quedó viuda muy jovencita, a los 36 años, y con un hijo pequeño al que criar, no tuvo la oportunidad ni los medios económicos para permitírselo. «Había que trabajar y luchar, en aquella época yo vivía en A Coruña y siempre me movía a todas partes en autobús o caminando, y cuando iba para mi casa, en Santiago, cogía el tren», relata Josefa, que ahora es vecina de Arteixo.

Esa espinita de tener su coche se le quedó clavada, pero no fue hasta el verano pasado cuando se decidió, motivada por el apoyo de su actual pareja, que es diez años mayor que ella. «Él siempre me animaba, me decía que por qué no lo sacaba y cuando vi que una amiga mía de 40 años también se puso a ello y lo aprobó, decidí apuntarme a la autoescuela». Allí se encontró con don Xusto, su profesor «de paciencia infinita» en Carcopa, y con un montón de compañeros más que la acogieron enseguida como «la abuela» al volante, porque de todos los alumnos, Josefa era la de más edad.

«Al principio me daba miedo, no te creas, sobre todo el práctico, le tenía mucho respeto al coche. Pero al teórico también, porque hoy me doy el tiempo de leer, pero cuando era joven mi escuela era ir con las vacas al monte», señala esta conductora novata que siempre que puede le enseña la L a todo el mundo porque a muchos conocidos, cuando les dice que ha sacado el carné, se quedan con la boca abierta. «A veces voy por el medio del pueblo y veo que mucha gente se me queda mirando como diciendo: ‘¿Es ella o no es ella?’», se ríe Josefa, que jamás se quedó atrás en la autoescuela.

Todos mis compañeros me trataron muy bien, pero algunos tengo que decir que me miraban un poco mal porque yo sabía más que ellos, respondía a cada cosa que preguntaban», se reivindica. Y no solo porque se pusiera las pilas en el teórico, sino porque, como dice ella, a lo largo de toda su vida se fue fijando en la carretera. Josefa se sabía las señales y su pareja la puso al tanto de algunas cuestiones mecánicas. «Llegué a la autoescuela sabiendo cambiar una rueda, esa parte la llevé con ventaja», apunta esta mujer decidida que ya ha hecho sus primeros viajes.

«Recorrí varias veces A Costa da Morte con mi Kia, voy feliz, estoy encantada, siempre tuve muchísimas ganas de conducir y reconozco que me siento muy orgullosa de mí misma. De haberlo conseguido a esta edad». «Nunca es tarde y se lo aconsejo a todas las mujeres, yo he ganado mucha independencia, mucha libertad y siento que me he superado a mí misma». ¿Eres muy lanzada al volante? «¡Qué va! Soy muy prudente, por el momento no pongo ni música en el coche, voy superconcentrada, pero me encanta, me encanta, me siento libre conduciendo».

«ALLÍ VAN LANZADOS»

Josefa suele ir acompañada de su pareja en los viajes, en esta ocasión la pillamos en la frontera francesa, pero ha recorrido también parte del País Vasco, donde tiene familia. «Allí sí que van más lanzados, pero ya me he atrevido», reconoce esta gallega, que anima a todas aquellas mujeres que ya tengan el carné pero se hayan quedado sin coger el coche a realizar unas prácticas y volver a conducir. «Yo, si como ellas tuviera el carné, no lo dudaría, de mi generación hay muchas que lo sacaron y lo tienen ahí tirado sin servir para nada».

Josefa aprobó el teórico a la primera, y el práctico a la segunda, después de saltarse un semáforo en rojo. «Estaba muy nerviosa -confiesa-, además ese día mi pareja estaba en el hospital y yo ya no tenía la cabeza para nada». A la segunda fue la vencida y en ese examen sí contó con el apoyo de él, que siguió su conducción con mucha atención. «Compartimos todo juntos y para mí ha sido fundamental en este proceso; el práctico me costó mucho, me daba miedo, pero don Xusto fue muy paciente conmigo, había días que me decía: ‘¿Pero no te cansas de conducir? Llevamos ya más de dos horas seguidas’». Porque si una cosa hizo Josefa fue tomarse las clases en serio y apretar allí donde más flaqueaba. «El mérito también es del profesor -le echa un cable Josefa-, me hacía mucha gracia cuando íbamos en el coche y los compañeros le preguntaban: ‘¿Dónde estás? ¿Con quién vas?’ Y él respondía: ‘Con 65 años’. Ese fue mi mote porque no tenía otra alumna tan mayor, aunque él solo tiene uno menos», se ríe Josefa, que acaba de pasar la ITV de su Kia. «Estoy orgullosísima y muy contenta: llevar tu propio coche es algo fabuloso, tengo una independencia espectacular». No hay como las mujeres con arranque.

Animo a todas las mujeres, yo estoy orgullosísima de haberlo conseguido, he ganado una independencia espectacular”