Soy intérprete de lengua de signos en un cole y estoy en un cole sin vacunar

Cartas al director
Cartas al director CARTAS AL DIRECTOR

A CORUÑA CIUDAD

Sandra Alonso

19 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Por qué no me vacunan si estoy en un cole?

Trabajo como intérprete de lengua de signos en un centro educativo da Costa da Morte. Mi papel es interpretar a lengua de signos las clases para que un chico con discapacidad auditiva pueda seguir el ritmo de los demás, es decir, estoy dentro del aula 6 horas al día. Ha sido un curso de bastante tensión. El concello en el que estoy fue azotado por el virus duramente, yo llegué a estar en cuarentena por un positivo. El caso es que a día de hoy todos mis compañeros del instituto han sido vacunados excepto yo, y ahora la Consellería de Educación dice que no vacunará a aquellos que hemos quedado rezagados, que tenemos que esperar a nuestro turno por grupo de edad. He de decir que no me considero una trabajadora esencial como sí sucede con los empleados de los supermercados, conductores de bus... Lo que me molesta de esta situación es que jueguen con nosotros. Tengo que dar las gracias por estar infinitamente mejor que hace un año cuando estábamos confinados, y también quiero dar ánimo a todas aquellas personas que viven situaciones difíciles. Ángela Barreiro Platas..

 Feísmo con vallas en A Coruña

Hace ya meses que en la Ciudad Vieja de A Coruña convivimos con unas vallas plásticas blancas y rojas por unas obras que están siendo realizadas en la parte posterior de la plaza de María Pita, a la altura de Puerta de Aires y Herrerías. Algo comprensible para garantizar la seguridad de todos, pero que se han convertido ya, por desgracia, en parte del paisaje de una zona tan singular de la ciudad. Las obras están finalizadas y, por algún motivo que desconocemos, las vallas siguen ahí. Es de entender que las que cubren agujeros continúen, pero hay muchas otras que carecen de todo sentido y afean una zona que debería ser protegida. Pedimos al Concello de A Coruña que revise la duración de las obras y que intente acelerar la retirada de estas señalizaciones provisionales, que acaban convirtiéndose en permanentes. Mención aparte merecen la multitud de vallas que adornan el centro de la ciudad y, en concreto, los bloques de hormigón que se colocaron en su día para ampliar la zona peatonal de los Cantones. A las puertas de una temporada turística que ya será particularmente dura, este feísmo no ayuda a la ciudad. María Fondado. A Coruña.