Los comerciantes de la avenida de Oza, hartos de la oleada de robos en el barrio

Ana Villagrasa / Fernando Molezún A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

A. V.

Algunos, como la perfumería Garrote, han sido víctimas de los cacos hasta en cinco ocasiones

27 nov 2021 . Actualizado a las 18:23 h.

La avenida de Oza parece haberse convertido en la zona preferida de los cacos de la ciudad. Varios establecimientos han sido objeto de robos en las últimas semanas, y algunos de ellos, como la perfumería Garrote, en cinco ocasiones. Paloma Longueira, la encargada del negocio, explicó en el programa Voces de A Coruña, de Radio Voz, que después de haber sufrido cinco robos tanto ella como el resto de dependientas están «asustadas» y ese miedo no les permite centrarse en su trabajo, ya que «estás continuamente pendiente de quién entra y quién sale». En su caso, los ladrones aprovecharon despistes de las empleadas para hacerse con un botín que les resulta «llamativo» porque son productos «muy fáciles de volver a vender». «La última vez entraron agachados, cogieron los perfumes y salieron corriendo», comentó. Paloma Longueira quiso agradecer a los vecinos los avisos que les dan a través de un grupo de Whatsapp cada vez que ven gente o movimientos sospechosos.

El hartazgo y enfado que provocaron los tres últimos robos en su negocio, fue lo que llevó a María José Rubín a colgar en el escaparate de La cigüeña un cartel con la frase «Cansados de los robos». «La tienda es grande. Entran, se ponen a mirar, no dicen nada y se llevan lo que quieren y solo te enteras por la alarma», explicó con resignación. En en el último se llevaron tres conjuntos que aparecieron tirados en el suelo unos metros más adelante. «No encontraría comprador», cree. Incluso en una ocasión, el ladrón le pidió asesoramiento sobre qué chándal elegir. «Al final se llevó los tres que le había enseñado y salió corriendo», dijo. En dos negocios de la zona un ladrón les llegó a pedir disculpas.

El viernes por la tarde le tocó el turno por primera vez a la joyería Serviglass, también en la avenida de Oza. La gerente Marta Fernández explicó que siempre tienen la tienda cerrada y que para entrar hay que llamar al timbre, pero en un momento de afluencia de «gente entrando y saliendo» un caco entró y se llevó un expositor con collares de la vitrina. «Fue en cuestión de un minuto, mientras estaba cobrando a otro cliente. Cuando levanté la mirada ya no estaba y vi que faltaba el peto», esgrimió. «Sientes impotencia porque por muchas medidas que tengas, te controlan desde fuera y se lo llevan sin que puedas hacer nada. Poner la denuncia y poco más», aseguró.

Otro robo en el Agra

F. M.

Los vándalos también actuaron esta madrugada en el barrio del Agra. Los ladrones forzaron la puerta de la Bodega Cacabelos situada en Andrés Gaos y se llevaron el dinero que había en caja. «Tenía la recaudación de dos días, el dinero de los décimos de lotería y el cambio. Calculo unos 1.500 o 2.000 euros», dijo el propietario. Para acceder al interior del establecimiento, los cacos rompieron primero las ventanillas de dos coches para coger un gato hidráulico y forzar con él el hierro forjado de una de las puertas.