Operativos en los barrios de A Coruña aumentan la presión policial contra el trapicheo

Nuria Guillermo
Nuria Guillermo A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Loreto Silvoso

La redada de este miércoles en la ronda de Outeiro se saldó con otro detenido

08 sep 2022 . Actualizado a las 12:24 h.

Los vecinos del número 15 de la ronda de Outeiro —en la esquina con la avenida de Oza—, en A Coruña, comenzaron la mañana de este miércoles de forma agitada. En torno a las diez de la mañana, un furgón y un coche de la Policía Nacional estacionaron delante de la puerta del edificio. De ellos salieron aproximadamente quince agentes que accedieron al interior del inmueble.

Se trataba de un registro para desarticular un presunto punto de venta de droga que, según algunos testigos, estaba en manos de las personas residentes en una de las viviendas del octavo piso. Poco después, llegó un segundo furgón con la unidad canina. En él se encontraba Mika, la perra encargada de rastrear el piso en busca de estupefacientes. Tras una hora de registro, los agentes se marcharon del edificio junto a la única persona detenida durante el operativo.

La perra Mika fue la encargada de buscar sustancias estupefacientes en el piso
La perra Mika fue la encargada de buscar sustancias estupefacientes en el piso

Se trata, al menos, del tercer operativo contra el tráfico de drogas llevado a cabo este año en el área de A Coruña. El primero de ellos tuvo lugar el pasado 10 de enero con la demolición de las casas de San José, en la Avenida de Fisterra, uno de los históricos supermercados de la droga en la ciudad. Los últimos residentes de las viviendas ruinosas antes de su demolición fueron los integrantes del clan de la Mora, que abandonaron sin oponer resistencia el que, durante años, fue su hogar.

Desde allí, se trasladaron a un bajo de la calle Touriñana, en Meicende, desde donde continuaron con la venta de estupefacientes. El pasado 9 de mayo, un amplio operativo de la Guardia Civil, compuesto por una veintena de agentes acompañados por la unidad canina, registró a fondo el local, situado en el número 33 de la calle. La intervención terminó con la detención de seis personas, cuatro de ellas miembros del clan de la Mora. Esa misma tarde, la Guardia Civil localizó y detuvo a otros dos componentes de la familia, y el pasado viernes se llevó a cabo la detención de la supuesta jefa del entramado, María Jesús Silva Jiménez, conocida como la Mora.

Durante los últimos meses, vecinos de varias zonas de la ciudad, como la Sagrada Familia, Os Mallos y O Castrillón, denunciaron de forma pública la inseguridad ante la que viven a raíz de circunstancias como la compra-venta de estupefacientes, los altercados y amenazas en las calles y comercios o la okupación. Aparentemente, las fuerzas de seguridad del Estado han reaccionado ante las quejas de los residentes de algunos de estos barrios, aumentando su presencia y llevando a cabo operativos como el realizado en la mañana de este miércoles en el número 15 de la ronda de Outeiro.

«Esto es lo que tienen que hacer, cogerlos por sorpresa»

Durante el operativo del miércoles, los vecinos que se encontraban en el edificio expresaron su alivio por la intervención policial. «Lo poco que estoy [en el inmueble] me llega, sobre todo cuando vienen niños pequeños o personas mayores. Las de mediana edad están muy asustadas... No es que les vayan a hacer daño, pero el físico de los habitantes de ese piso asusta y la gente que viene está en muy malas condiciones, muy deteriorada. Ellos no tienen culpa, los pobres. Pero hay una persona que les está haciendo daño. Todos lo vemos. La gente ya sabe a qué vienen y más o menos siempre vienen los mismos. Es una situación incómoda», señaló una de las residentes del inmueble de la ronda en el programa Voces de A Coruña de Radio Voz. «En las escaleras se han visto jeringuillas y a gente durmiendo en mal estado. Algunos incluso son conocidos de toda la vida y piensas que podría ser tu hijo», lamentó la vecina. Otro de los inquilinos aplaudió la actuación: «Esto es lo que tienen que hacer, cogerlos por sorpresa y que no puedan esconder nada».

Loreto Silvoso

«Los policías ya vinieron más veces y son problemas difíciles de resolver, pero no podemos decaer», sostenía otra residente. «Para pillarlos con las manos en la masa tienen que tener una orden de registro, si no, no pueden hacer nada», explicaba por su parte otro vecino del edificio, mientras que otra afirmó que la policía solía visitar el edificio «prácticamente todos los días». Todos ellos se mostraron agradecidos con los agentes por intervenir y manifestaron su angustia por la situación vivida durante los últimos meses.