Denuncian un posible caso de «Ecce Homo» en A Coruña

A CORUÑA CIUDAD

La imagen de la Virgen del Carmen a la izquierda, como estaba antes de ser retocada. A la derecha, la talla de Brocos tras la restauración
La imagen de la Virgen del Carmen a la izquierda, como estaba antes de ser retocada. A la derecha, la talla de Brocos tras la restauración Cedida

Se trata de la restauración en una obra de Brocos y desde la iglesia sostienen que han recuperado su «aspecto original»

01 feb 2023 . Actualizado a las 17:40 h.

El pasado 27 de enero se descubrió que había vuelto a la iglesia de San Andrés de A Coruña la talla de la Virgen del Carmen, retirada varios meses por «restauración». Dicha talla «pertenece a una colección de siete estatuas realizadas por el escultor Isidoro Brocos para decorar la iglesia castrense por encargo expreso de los financiadores de la misma, Eusebio da Guarda y Modesta Goicouría». Así arranca el informe que el arquitecto y divulgador Alberto Fuentes-Valcárcel ha entregado en la delegación coruñesa de Patrimonio. 

La remodelación de la talla, que todavía no está expuesta en el templo, viene así acompañada de polémica. Según Alberto Fuentes-Valcárcel «la escultura estaba en perfecto estado y decidieron repintarla para que quedase más bonita, pero lo que hicieron fue estropear una obra maestra. Isidoro Brocos fue uno de los ilustres del finales del siglo XIX, principios del XX. El escultor más importante que había en A Coruña en ese momento», sostiene el arquitecto que presentó la reclamación de la que, desde Patrimonio, confirman que están al tanto y que ahora se tienen que encargar los técnicos. 

«Esta semana entrou un escrito sobre o tema e actualmente os técnicos da Dirección Xeral de Patrimonio Cultural están recabando información para coñecer os feitos. Neste momento non dispoñemos de máis datos. Canto os teñamos, informarémosche ao respecto», apuntan.

Desde la iglesia, la versión es distinta. «La restauración se hizo desde la iglesia por una persona que se encarga de hacer este tipo de trabajos. A la talla se le quitaron cuatro capas de pintura hasta llegar al color original de Brocos. Tenía goma laca y colamina, que es pintura de pared, y eso no es de Brocos. Después, solo pintamos un poco, pero respetando el original. Estamos muy tranquilos, tenemos la conciencia tranquila, igual cometimos algún error técnico en el procedimiento o la denuncia la tenemos que presentar nosotros», defiende Juan Antonio Mañán y Bascuas, el párroco de la iglesia castrense. Visiblemente molesto, recalca que la actuación se enmarcó en un proceso de limpieza de varias tallas, manchadas también por el humo de las velas a lo largo de los años.

Para el arquitecto, sin embargo, este podría ser un caso de Ecce Homo, aunque no tan grave como el de Borja. «Hay mucha colección privada de Brocos que no está expuesta al público, como la de Abanca, y también hay piezas suyas en el Museo de Belas Artes. La otra gran colección es la que tiene la iglesia de San Andrés. Esta es una talla histórica en un edificio con protección. Patrimonio debería estar al tanto de estas modificaciones. Por lo que me han dicho, los feligreses no están muy contentos con la modificación», desliza Fuentes-Valcárcel.

En la iglesia alegan que la talla todavía no está expuesta porque aún falta por restaurar la corona, un trabajo que se está haciendo por parte de especialistas desde Madrid, destacan.

La talla de la Virgen del Carmen en su estado previo a la restauración. La obra de Isidoro Brocos data de 1882 y tiene una altura aproximada de 1.60 metros. Forma un conjunto escultórico con otras seis tallas en la iglesia de San Andrés. Son las esculturas de San Pedro, San Andrés, San Eusebio, Santa Modesta, Santa Rita y la Virgen de la Luz
La talla de la Virgen del Carmen en su estado previo a la restauración. La obra de Isidoro Brocos data de 1882 y tiene una altura aproximada de 1.60 metros. Forma un conjunto escultórico con otras seis tallas en la iglesia de San Andrés. Son las esculturas de San Pedro, San Andrés, San Eusebio, Santa Modesta, Santa Rita y la Virgen de la Luz

Los pasos reglados

¿Qué es lo que se debe hacer en casos de esculturas protegidas? Laura Carrera es una de las restauradoras del Museo de Belas Artes de A Coruña, donde tienen una extensa colección de Brocos, tanto de pinturas, como dibujos y esculturas. «Viendo las fotos, la sensación que me da es que se ha hecho un repintado integral, pero tendría que examinar la talla para hacer una valoración. A lo mejor, era suficiente con una limpieza y un retoque de faltas de pintura que pudiera tener. El aspecto es un poco extraño. En todo caso, tendría que examinarla. El proceso en este tipo de obras, y que se ha trasladado a las parroquias, es que hay que emitir un informe previo de cómo está la pieza, solicitar permiso a Patrimonio para que se remita un conforme. Por último, en función de las necesidades que presente, se diseña un tratamiento siguiendo los principios de conservación actual», detalla Carrera. 

Estos principios son, continúa: «Intervención mínima para mantener las condiciones óptimas de la obra, que sea reconocible si se añade algo nuevo, y con tratamientos reversibles, fácilmente eliminables».

La talla de la virgen después de la restauración y donde se aprecian los nuevos colores, los «originales» de Brocos según la parroquia, que insisten en que le quitaron capas de pintura de pared y lacado
La talla de la virgen después de la restauración y donde se aprecian los nuevos colores, los «originales» de Brocos según la parroquia, que insisten en que le quitaron capas de pintura de pared y lacado

La historia de la talla

La escultura de la Virgen del Carmen data de 1882 y tiene una altura aproximada de 1.60 metros. «Se encontraba en perfecto estado de conservación, con la pintura original y barnices de su autor. Durante al repinte al que fue sometida en el año 2022, fue completamente pintada de nuevo y modificados algunos de sus elementos decorativos, poniendo el peligro la originalidad de la talla y la integridad de la policromía del autor original», porfía Fuentes-Valcárcel, promotor de iniciativas culturales como Modernismo Coruña

Su preocupación se extiende al resto de las obras de Brocos. «A la colección pertenecen otras seis esculturas del mismo autor que pueden correr un riesgo similar. Son San Pedro, San Andrés, San Eusebio, Santa Modesta, Santa Rita y la Virgen de la Luz».

La iglesia de San Andrés fue diseñada por el arquitecto diocesano y de la Diputación de A Coruña, Faustino Domínguez Coumes-Gay, como parroquia militar y panteón de los promotores, Eusebio da Guarda y Modesta Goicouría. «Fue construida entre 1881 y 1883 en estilo neorrománico normando francés», explica el arquitecto. 

Profesor de Picasso

Sobre Isidoro Brocos (Santiago de Compostela, 1841 - A Coruña,1914), destacar que fue profesor de Modelado en la Escuela de Artes y Oficios de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago de Compostela (1879-1880). Luego fue director de Modelado y Vaciado de Adorno en la Escuela Provincial de Bellas Artes en A Coruña, donde también enseñó Dibujo del Antiguo, «momento en el que da clase a Pablo Picasso entre 1891 y 1895», subraya en su informe Fuentes-Valcárcel. Fue compañero de su padre, José Ruiz Blasco (1838-1913).

Recibió numerosos premios y medallas y fue nombrado académico numerario de la sección de escultura de la Academia de Bellas Artes de Nuestra Señora del Rosario, académico correspondiente de la Academia de Bellas Artes de San Fernando o académico correspondiente de la Real Academia Gallega (RAG). Además, dedicó parte de su vida a la música tradicional gallega.

La punta del iceberg

Tanto lo que ha sucedido en San Andrés como hace unos días con la virgen de Chamorro, en Ferrol, una pieza del siglo XII, asegura Ana Paula Castro, de la Asociación para a defensa do Patrimonio Cultural Galego (Apatrigal) es solo «la punta del iceberg». Dice la experta en arte y antigüedades que, situaciones así, las llevan viendo «muchos años. Pasa de forma muy habitual, más de lo que pensamos. Van a salir más. Por una parte, tienes a las administraciones que plantean el hecho de que tiene que haber un permiso e informe previo, pero, después está la economía de cada parroquia, los presupuestos que manejan. No todas las parroquias se pueden permitir restauraciones costosas. Muchas veces, no es que haya mala fe, sino falta de información. Está bien pedir un mayor control, pero también tiene que haber más apoyo económico e información. Tenemos muchísimo patrimonio. No están bien estas actuaciones, pero tampoco está bien lo que hacen las administraciones», concluye  Ana Paula Castro.