«The Square» arrasa en los Premios del Cine Europeo

LA Voz / EFE

CULTURA

Y España vuelve a casa con dos estatuillas: al mejor corto para «Timecode», de Juanjo Giménez, y al mejor diseño de sonido, para Oriol Tarragó, en «Un monstruo viene a verme»

10 dic 2017 . Actualizado a las 01:17 h.

Divertidísima y aguda, The Square, dueña de una de las mejores secuencias de este 2017, aniquiló a sus contrincantes este sábado la edición número 30 de los Premios del Cine Europeo. La cinta de Ruben Östlund, ganadora de la Palma de Oro en el pasado Festival de Cannes, recibió en Berlín seis estatuillas: a la mejor película, a la mejor comedia, al mejor director, al mejor guionista (también el sueco), al mejor actor para el danés Claes Bang y al mejor diseño de producción, para Josefin Åsberg.

Östlund, «terriblemente contento» por los galardones, celebró la gala como un «gran espectáculo», no solo por habérselo llevado «todo», dijo, sino por haber experimentado un sentimiento de «comunidad». «Me siento algo avergonzado, no sé si merecíamos tanto», reconoció al recibir el premio a la mejor película. Aprovechó además el momento para agradecer que estos premios sean «una plataforma para hablar de cosas importantes», como Europa y el hecho de «ser humanos».

De los galardones europeos tampoco salió mal parada España, que vuelve a casa con dos distinciones: una al mejor corto para Timecode, de Juanjo Giménez, y otra al mejor diseño de sonido, para Oriol Tarragó en la película de Juan Antonio Bayona Un monstruo viene a verme. Se quedaron sin premio otras dos cintas españolas: Verano 1993, de Carla Simón, que optaba a premio Fipresci a la mejor ópera prima, y Los desheredados, de Laura Ferrés, que aspiraba a mejor corto.

La gala, conducida por el humorista alemán Thomas Hermanns, contó con la presencia de destacadas figuras del cine español como Elena Anaya y Carlos Saura -encargados de presentar a los nominados a mejor director y de anunciar al ganador, respectivamente-, y Alex Brendemühl, que recreó varias de las escenas más cautivadoras del cine europeo, además de dar paso a las cintas nominadas a mejor película.

Recogieron sendos premios honoríficos la actriz franco-estadounidense Julie Delpy, distinguida por su contribución al cine mundial; el cineasta ruso Aleksandr Sokurov, en reconocimiento al conjunto de su carrera; y el productor croata Cédomir Kolar, premio EURIMAGES de coproducción.

#Metoo

Durante la ceremonia, hubo tiempo también para abordar la campaña conocida como #metoo, en la que mujeres de todo el mundo y de todas las profesiones y condiciones se han alzado en contra del acoso sexual a raíz del escándalo que rodea al productor de cine estadounidense Harvey Weinstein y en el que se han visto salpicadas numerosas otras figuras de la industria. También para recordar al cineasta ucraniano Oleg Sentsov, encarcelado desde hace más de tres años acusado por las autoridades rusas de terrorismo, a través de la lectura de una carta de Ai Weiwei, presente en la gala, en la que el artista y disidente chino pidió a Rusia que deje en libertad al realizador.

«La peor y más vieja enfermedad» de Europa

El director de la Academia del Cine Europeo (EFA), el cineasta alemán Wim Wenders, aludió, por su parte a «un viejo monstruo que creíamos enterrado, llamado nacionalismo». Se preguntó qué es lo que está yendo mal para qué vuelva a estar presente «la peor y más vieja enfermedad» de Europa, que, recordó Wenders, esta está construida sobre «gloriosas ideas de lo que somos como seres sociales y culturales».

Los premios de la EFA, que se otorgan en un total de 21 categorías, surgieron en 1989 como alternativa a los Óscar de Hollywood, impulsados por cuarenta cineastas europeos, entre ellos el alemán Wim Wenders y el sueco Ingmar Bergman. Primero se les denominó Felix, pero al cabo de unos años pasaron a la denominación neutra de Premios del Cine Europeo.