Carmen Becerra: «El mito de Don Juan sería hoy políticamente incorrecto»

CULTURA

JESUS GARCIA

La profesora de la Universidad de Vigo reúne en un libro las cinco versiones que van de la inaugural de Tirso de Molina a la de José Zorrilla

16 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«El mito de Don Juan hoy sería políticamente incorrecto, evidentemente», replica Carmen Becerra (Santiago de Compostela, 1954) ante la pregunta de si en estos tiempos de agitación feminista pasaría el algodón del #MeToo. A renglón seguido, la profesora de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidade de Vigo opone un matiz: «Cualquiera que hable sobre este tema de modo informado sabe perfectamente que las obras del pasado, en este caso muy lejano ya, no se pueden analizar, juzgar con los ojos del presente».

Pero de cualquier forma, prosigue, y «al margen de que pueda considerarse más o menos correcta o totalmente incorrecta a día de hoy ese tipo de actitud masculina, lo que sí es cierto es que el mito de Don Juan encierra un enigma, el enigma del amor», subraya. Y lo hace al hilo de la publicación de El mito de Don Juan, un volumen que preparó para la Biblioteca Castro en el que reúne las únicas cuatro versiones españolas —es decir, escritas en España por escritores españoles— que hay entre el drama fundacional de Tirso de Molina El burlador de Sevilla, aparecido a principios del siglo XVII, y la obra romántica de José Zorrilla Don Juan Tenorio.

El mito sigue vigente porque encierra dos enigmas de gran trascendencia, anota Becerra: «Uno de ellos es el del amor, qué es lo que provoca la fascinación de una persona por otra —si tuviéramos que analizarlo hoy tendríamos que hacerlo al margen de su género, concede la profesora—, y el otro es el misterio de la muerte, que tampoco tenemos del todo resuelto por mucho que la razón nos indique otra cosa».

El donjuanismo

En todo caso, matiza, debe distinguirse entre el mito y el donjuanismo, que es «algo que aparece posteriormente cuando al mito se le despoja de su significado trascendente, es decir, de la relación del amor con la muerte». Es entonces cuando emerge simplemente el arquetipo del seductor, un tipo masculino que se caracteriza por su capacidad enorme de seducción. «Esto ya no es un mito, es otra cosa», advierte.

Becerra recuerda que es la primera vez que una única edición proporciona estas cinco obras unidas —El burlador de Sevilla (de Tirso de Molina), La venganza en el sepulcro (Alonso de Córdova y Maldonado), No hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague (Antonio de Zamora), El estudiante de Salamanca (José de Espronceda) y Don Juan Tenorio (José Zorrilla)— y que lo que pretende este trabajo, en lo que ahonda en el texto de la introducción, «es mostrar cómo va modificándose el mito hasta el romanticismo y cuáles son las causas de esa evolución». Una evolución que, dice, no es solo consecuencia del genio particular de cada uno de los escritores —o de su posición ideológica, en términos generales, o también de su inclinación estética—, sino que también es debida a las influencias que los autores reciben de los tratamientos del mito que llegan del extranjero.