El Contrabajo de Vigo y BâBâ Bar de A Coruña, primeras salas gallegas que cierran debido a la crisis del covid-19

Javier Becerra
Javier Becerra REDACCIÓN

CULTURA

JOSELE SANTIAGO EN LA SALA EL CONTRABAJO Y CAROLINA RUBIROSA EN BABA BAR
JOSELE SANTIAGO EN LA SALA EL CONTRABAJO Y CAROLINA RUBIROSA EN BABA BAR .

Ante la imposibilidad de desarrollar su actividad ambos locales bajan definitivamente la persiana

17 oct 2020 . Actualizado a las 17:37 h.

Los peores presagios se han cumplido. La crisis sanitaria del coronavirus se cobra dos víctimas en circuito de música en vivo en Galicia. La sala El Contrabajo de Vigo y BâBâ Bar de A Coruña cierran sus puertas definitivamente. La primera, que ya había anunciando sus intenciones hace unos días, está pendiente de grabar la semana que viene a puerta cerrada dos actuaciones del ciclo Xacobeo 21 antes de su clausura. La segunda anunció hoy que baja el telón. Vende todo su mobiliario para amortiguar en la medida de lo posible el golpe económico sufrido.

«Las cosas hoy en día están terriblemente complicadas. El ocio nocturno no puede funcionar y resulta imposible seguir con esto», explica Pablo Lorenzo, responsable de El Contrabajo. «Yo no puedo mantener el local en estas condiciones y no sé cuanto tiempo estaremos así. Puede que diez meses, pero yo veo que, como mínimo, hasta el verano no se podrá funcionar».

En A Coruña Cristina Toba tiene «el corazón roto». Después de estudiar todas las posibilidades, anuncia su decisión final. «Hemos intentado salvarlo de todos modos, pero económicamente es una debacle. No hay ninguna perspectiva de que mejore», expone. Tanto la suya como El Contrabajo son las primeras bajas de esta situación, pero teme que no vayan a ser las últimas: «Creo que es algo inevitable, a no ser que seas el propietario del local», dice con amargura.

«La cultura recibió con esto un golpe en toda la cara y las salas, de manera particular mucho más», resume Cristina Toba. Dibuja un futuro negro: «Esto es parte de la sociedad y debería cuidarse. Somos imprescindibles y vamos camino de desaparecer». Por su parte, Lorenzo formula un deseo: «Ojalá solo haya estos cierres y no venga ninguno más».