«Gran Hermano» nació en A Coruña hace cien años

CULTURA

La madre haciendo labores domésticas con su hija al lado
La madre haciendo labores domésticas con su hija al lado

Ignacio Benedeti ha restaurado la primera película de cine «amateur» gallego y, probablemente, de España. Su valor patrimonial se sustenta en que muestra la intimidad de una familia de coruñeses, un tipo de grabaciones de las que no hay constancia hasta mediados del siglo XX

12 ene 2024 . Actualizado a las 19:02 h.

Primero fue la luna de miel, después el desayuno del domingo y en la actualidad se le enseña al mundo hasta la legaña matutina. La telerrealidad inventó el oxímoron al llegar el nuevo milenio, haciendo de la intimidad un valor a exhibir, y Facebook e Instagram acabaron de rematar la faena. Antes, mucho antes de que las ventanas dejasen de ser indiscretas, en A Coruña una familia decidió grabar sus usos y costumbres para disfrute doméstico. Era 1923 y nadie se planteaba recrearse en gestos tan cotidianos como ver a una madre cosiendo, a su hija peinándose y a otra niña leyendo. Cien años después, cayó en manos de Ignacio Benedeti una película en formato 9.5 milímetros que, a todas luces, es el primer filme doméstico del que hay constancia en Galicia, y probablemente en España: una documento visual con un valor patrimonial único que revela grabaciones imposibles de encontrar hasta al menos la mitad del siglo XX.

Fue el fotógrafo Xosé Castro Celeiro quien descubrió esta bobina con película inversible en el almacén de un establecimiento fotográfico y se la llevó a Benedeti, montador, guionista y camarógrafo fotoquímico para que la tratase. En ella encontró un material inesperado e inédito. «Hace años digitalicé unas filmaciones de 1919 de la jira de Os Caneiros, en Betanzos, pero estaba rodada en 35 milímetros, que es un formato profesional. Este caso era distinto tanto por el formato como por lo que revelaban las imágenes», comenta este experto.

Habla de la calidad del material encontrado, donde una familia, de la que se desconoce la identidad, se muestra preparando la comida en una escena costumbrista que tiene sus réplicas en los paseos por Riazor que dejan a un lado el tranvía o la peregrinación al Santuario de Pastoriza —tratándose estas de las primeras imágenes filmadas con película de cine en el Concello de Arteixo—.

La restauración de la película, que presentaba un abarquillamiento por el tiempo transcurrido, obligó a bobinarla del revés y sumergirla en un líquido especial durante dos meses para devolverle su forma original. Durante el proceso, Benedeti tuvo incluso que pedir piezas a Suecia para obtener el mejor resultado posible.

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Este profesional tiene claro que se trata de la primera película de pequeño formato de la que hay conocimiento en nuestro país «porque Cataluña, que siempre ha sido la vanguardia en esta materia, precisamente celebra este año el centenario del cine amateur en esa comunidad. Lo cual indica que vamos al menos un año por delante y, por otro lado, deja constancia de cómo tratan en algunos puntos de España este tipo de cine, donde se respeta y se pone en valor, y en otros», indica. Añade Benedeti que esta película debería ser analizada por historiadores por su valor urbanístico y sociológico. «Lamentablemente, es la clase de documentos que si desaparece no se echa en falta porque nadie sabe que existe», culmina.