La crisis, sobre todo la del ladrillo, está pasando factura al fútbol. El presidente del Valencia, Vicente Soriano, da palos de ciego en busca de soluciones para la inmensa deuda del club, mientras los jugadores esperan su paga y tratan de salvar la temporada. A 60 kilómetros de allí, la preocupación no es la plantilla ni la salud de la entidad, más que saneada, sino el futuro de los socios.
Fernando Roig, presidente del Villarreal, ha decidido que el equipo no puede permanecer ajeno a las penurias de su fiel hinchada y piensa compensar los desvelos de sus abonados renovando para la próxima temporada los pases de aquellos que ahora engrosan las listas del paro. «La idea es pensar en esa masa que tiene la desgracia de haberse quedado sin trabajo para que puedan seguir viniendo a ver el fútbol a El Madrigal», detallaba Roig al exponer su plan ante la prensa.
La medida, que incluye una congelación en los precios de los abonos para quienes todavía conservan su trabajo, basa su viabilidad en las aportaciones de aquellos que no se han visto afectados por la crisis. El club creará «un fondo libre de ayuda en el que podrá colaborar cualquiera, pero sobre todo la gente del club, jugadores y patrocinadores».
El Villarreal responde así a la preocupante situación de una región como la comarca de La Plana, donde el desempleo ha crecido un 113% durante el último año. La iniciativa pretende garantizar el mantenimiento del increíble número de socios que registra la entidad. Son más de 20.000 en una población que apenas supera los 50.000 habitantes.
El innovador modelo impuesto por Roig -cantera, ojeadores que facilitan fichajes baratos, cesiones en busca de formación, y traspasos caros- ha permitido crear un modelo de gestión deportiva y colocar al equipo en Liga de Campeones (competición en la que, a partir de ahora, los socios tampoco tendrán que pagar).
El presidente anunció que el proyecto tendrá continuidad pese a la crisis, aunque habrá que afinar todavía más en las contrataciones, al haber disminuido el capital disponible. «Habrá que agudizar el ingenio», anunció el directivo, al tiempo que desvelaba el nuevo acuerdo televisivo con Mediapro para los próximos cinco años: «Me hubiera gustado que fuera un poco mejor, pero lo podemos calificar como bueno».
El precedente del Narón
La medida adoptada por el submarino amarillo para favorecer a sus socios tiene un precedente gallego en categorías inferiores.
El Narón probó en enero una iniciativa pensada en la reunión de la junta directiva que preside Andrés Gómez: entrada libre para los desempleados de la zona. Y la idea funcionó. El equipo azulón estuvo más arropado en casa.
Así que el club dio continuidad a la idea. Los parados de la zona -casi 15.000 en toda Ferrolterra- pueden acceder gratis a los partidos de Río Seco. Gómez justificaba su medida para combatir la «crisis galopante», que ya no distingue entre clubes y categorías.