El Obradoiro sigue una semana más en la ACB. Perdió en Valencia, pero también cayó el Lagun Aro, que hizo el ridículo más espantoso al sumar en Valladolid 39 puntos en cuarenta minutos de juego, por lo que puede aferrarse a la utópica esperanza de ganar los tres partidos que faltan y que el equipo donostiarra los pierda.
El Obradoiro Xacobeo no pudo dar la campanada en su visita a la Fuente de San Luis donde un Valencia eufórico por su reciente triunfo en la Eurocup acabó por imponerses, gracias en parte a un gran tercer cuarto en el que los jugadores de Spahija marcaron las diferencias que servirían para hacer inútil el trabajo de los de Curro Segura. Solo en el inicio del partido y a lo largo del segundo cuarto dió el cuadro gallego muestras de poder plantar cara al conjunto valenciano y luchar por un triunfo vital para reducir diferencias con el Lagun Aro. Esta circunstancia lamentablemente acabó por no producirse gracias al aumento de intensidad en la defensa local sobre todo tras el descanso y al acierto anotador en los triples de los valencianos.
Además de las bajas de Higgins, Kostas, Djedovic y Fuentes, otro problema se sumaba a las dificultades que entrañaba el partido, y es que los santiagueses se cargaron excesivamente de faltas personales y hombres como Terry o Bulfoni jugaron condicionados por este hecho mientras el Valencia apenas sufría.
Buen comienzo
El primer cuarto comenzó de manera alentadora para el Obradoiro puesto que en apenas minuto y medio consiguió marcharse 0-6 en el marcador, pero a seis minutos para el final llegaban los primeros problemas para los de Segura, después de que Terry cometiera su segunda falta personal.
En el inicio del segundo, un triple de Simeón devolvía los seis de ventaja al Valencia. Ya en el tercer cuarto, y cuando el marcador reflejaba la mínima ventaja del Valencia, dos triples consecutivos de Martínez y Claver dejaban el electrónico en ocho de ventaja para los de Spahija (48-40), una diferencia que a partir de ahí se amplió.
En el último cuarto sucedió lo peor. No solo el Valencia le devolvió el parcial de 0-6 con el que los santiagueses habían sorprendido a los valencianos en los compases iniciales de encuentro, sino que además completó un parcial de 12-0 en algo más de cuatro minutos que dejaba las cosas en un marcador de 74-48, que fue la máxima ventaja de la que gozó el equipo de Spahija (veintiséis puntos). El tiempo muerto de Curro Segura llegó demasiado tarde.