Si por algo se ha destacado Ismael Santos a lo largo de su carrera ha sido por su tesón y sus ganas de alcanzar retos personales día a día. Desde los trece años, cuando abandonó Ourense, tuvo claro lo duro y difícil que sería hacerse un hueco para jugar en el Real Madrid.
De la mano de Obradovic y rodeado de jugadores como Sabonis y Arlaukas consiguió la Euroliga en 1995, la última que el equipo blanco tiene en sus vitrinas, además de dos Ligas ACB, una Copa del Rey y una Recopa. Pero su periplo en el mundo del baloncesto no acabó en el Madrid, ya que pudo conocer competiciones tan importantes como la griega o la italiana, además de jugar en las diferentes categorías de la selección española y ser en seis ocasiones internacional absoluto.
Y tras un palmarés soñado para cualquier profesional del baloncesto, decidió igualarlo en un deporte tan complicado como la escalada. Sus 39 montañas en alpinismo clásico y moderno y sus expediciones, trekking o escaladas por Europa o países como Perú, Canadá, India, Groenlandia, Islandia, Nepal o Tíbet, hablan de una incesante actividad en sus siete años dedicados a su nueva actividad. Un currículo que ampliará en las próximas fechas con su reto de los 82 cuatromiles de los Alpes.