Scott y Oriol siguen trabajando al margen del grupo, aunque tienen alguna opción para el domingo, y Peterson aún no ha podido viajar
12 mar 2014 . Actualizado a las 11:39 h.En la temporada del ascenso a la ACB y en las dos anteriores en la Liga Endesa el Obradoiro apenas sufrió bajas por lesión, más allá de pequeñas molestias puntuales y de los problemas en la rodilla de Robbie Hummel que retrasaron su debut en el equipo y propiciaron la repesca temporal de Hopkins.
El 2014, en cambio, está siendo un año muy duro para el colectivo, hasta tal punto que ayer Moncho Fernández solo tenía disponibles a nueve jugadores de la primera plantilla para empezar la semana de entrenamientos. Y ese es un peaje que se suele pagar el día del partido.
Durand Scott todavía se ayuda de una muleta para apoyar el pie. La recuperación de su esguince de tobillo va por buen camino, y no está descartado para Zaragoza. Pero tampoco se puede dar por segura su presencia, porque todavía es pronto.
Oriol Junyent está respondiendo satisfactoriamente a todos los ejercicios programados. Sin embargo, aún no se ha podido ejercitar con el grupo. Se irá incorporando progresivamente y si la evolución continúa por el mismo camino, en la mejor de las hipótesis incluso podría disponer de algún minuto. No obstante, y al igual que sucede con Scott, todavía es pronto para precisar plazos.
El que está descartado es Iñaki Sanz. El base está probando con un nuevo tratamiento y tiene buenas sensaciones. Pero todavía deberá continuar unos días más ejercitándose por su cuenta. Y el último fichaje, Travis Peterson, que debería haber aterrizado el lunes en Peinador y no pudo viajar por overbooking en su vuelo, tampoco consiguió cambiar los billetes para ayer. En el mejor de los casos, llegará al partido de Zaragoza con apenas tres sesiones de entrenamiento con sus nuevos compañeros.
Alfonso Mallo
Al igual que hiciese en pretemporada y en estas últimas semanas, Alfonso Mallo, del Rosalía, se suma siempre que puede a los entrenamientos del Obradoiro para que, cuando menos, Moncho Fernández pueda hacer ensayos de cinco contra cinco.