La pista sucia se sacude el polvo

Pablo Gómez Cundíns
Pablo Gómez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

KIM LUDBROOK | Efe

El Free Riders Festival de Miño incluye exhibiciones motociclistas de dirt track, en auge en Galicia

24 ago 2017 . Actualizado a las 17:04 h.

Miño, gasolina y rock and roll. El Free Riders Festival lo resumirá en el entorno de la playa grande desde mañana y hasta el domingo. Con la banda sonora de Eddie and the Hot Rods, The Godfathers, D30, Imperial State Electric, Radio Ocean y Sex Museum, los aficionados podrán disfrutar de motocicletas estilo cafe racer, enduro, custom o scrambler y de coches clásicos y hot-rod. Pero también de actividades deportivas vinculadas al motor, como enduro (con rutas diarias) y dirt track, la modalidad motociclista sobre circuito de tierra que tanto ha defendido desde niño Marc Márquez.

Aunque el peso del dirt track en España (que goza de nivel para estar en el top diez mundial con Nico Terol o la familia Cardús como adalides plantando cara a los estadounidenses e italianos) se inclina hacia Cataluña, Galicia ya experimentó la adrenalina de esta modalidad con su desembarco en Vigo y en el área de O Porriño con la entrada del siglo XXI. Desde entonces, han arraigado varios circuitos permanentes, aparte del velódromo de O Porriño y otro cercano, en Salceda de Caselas (a partir de un campo de fútbol) y Anxeriz.

Juan Puga es uno de los impulsores de esta última pista en Tordoia y uno de los pioneros en Galicia. «La idea inicial fue simple. Como en el norte no había dónde practicar dirt track, tener un circuito propio nos salía más barato que desplazarnos continuamente al sur», argumenta.

Pronto confirmó que la demanda sostendría el recinto. «Las características de este tipo de motociclismo ayudan mucho, porque no es peligroso, solo se alcanzan velocidades de 80 kilómetros por hora y las caídas son resbalando sobre la tierra», defiende el también piloto, que después de probar en todas las modalidades deportivas sobre una moto, se decantó por el dirt track y participó en el campus del rancho de Kenny Noyes y Brad Baker en Estados Unidos.

Adrenalina sin peligrosidad

«La adrenalina que sientes en este tipo de carreras, sin ponerte en peligro, es muy fuerte. La salida es media carrera. Tienes que ir más que a tope siempre porque todo se decide en unos segundos. La tensión es máxima y ya era un premio llegar a cada final después de las durísimas eliminatorias. Tuve tanta pasión que llegué a ir a correr la misma semana en la que me amputaron un dedo de un pie», explica.

Juan Puga es uno de los asesores del Free Riders Festival de Miño, cuyos organizadores también impulsan el Motorbeach de la playa de La Espasa en Asturias. En Miño habrá categorías para motos de 50 c. c. con y sin marchas, clásicas y open (las más potentes y cercanas al profesionalismo). «La gente se divertirá mucho porque puedes acudir con un simple ciclomotor, porque será una exhibición, no una carrera», explica Juan Taladrid, uno de los promotores.

El campeón nacional y europeo Ferrán Más será uno de los pilotos que acudan al circuito flat track (short track) de 80x40 metros que contará con iluminación nocturna para las tandas que arranquen en torno a la medianoche, entre las actuaciones de las bandas de rock. Para los más madrugadores, el dirt track comenzará a sacudirse el polvo desde las cuatro de la tarde.

Sin competición autonómica

A falta de que arraigue por completo, el dirt track carece de una competición autonómica articulada, aunque fueron relativamente exitosos los intentos de organizar un trofeo. El porriñés Xacob Agra, procedente del enduro, es un ejemplo claro de la tendencia entre los deportistas, que asumen la adaptación desde el motocrós con total normalidad.

«Algunos se presentan con motos clásicas de siete y medio tipo naked e incluso se atreven a ir a Francia, pero para disfrutarlo al ritmo de cada uno, hay gente que apenas cambia las llantas y las gomas de su moto de carretera... otra cosa es alcanzar alto nivel, pero ahí no hay varita mágica que valga. Todo es practicar», explica Juan Puga. Pues para los que así lo deseen, Miño les ofrece la posibilidad a finales de este mes.