Diego Martínez: «No cambio ningún año de los vividos»

DEPORTES

El entrenador del Osasuna inició su carrera como técnico con 20 años y ha llegado a Segunda tras muchas horas de estudio

13 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Diego Martínez Penas (Vigo, 1980) es uno de los tres únicos entrenadores gallegos en el fútbol profesional. Ha cumplido su primer cuatrimestre al frente del Osasuna, equipo de Segunda División al que llegó después de trabajar durante ocho años en un club de la talla del Sevilla. Se considera, ante todo, un apasionado del fútbol.

-¿Cómo le va en Pamplona?

-Estoy muy feliz. Tanto mi familia como yo estamos muy a gusto, tanto en el club como en la ciudad. Como intuía antes de venir, encajamos con los valores del Osasuna, de cómo se vive el fútbol, de cómo vivo yo la profesión, y están siendo momentos felices.

-Llevaba desde el 2009 en el Sevilla. ¿Cómo recuerda aquel momento en el que lo ficharon?

-Yo era el entrenador del Motril, en Tercera, y recibí la llamada de Monchi en la que me propuso pertenecer a la estructura del Sevilla. Quería que comenzase con una nueva área que iban a abrir, entrenamiento por puesto específico, y me dijo que quería contar con mi trabajo, que le gustaba cómo lo estaba haciendo un técnico tan joven como yo, con 25 años, en Tercera División. Y, evidentemente, para mí era un sueño que me llamase Monchi y pertenecer a una estructura como la del Sevilla. ¡Quién me iba a decir a mí que iba a estar ocho años allí! Que iba a vivir tantas experiencias positivas, como ganar la Copa de Campeones de juveniles; después, como entrenador asistente, campeón de la Europa League; haber sido entrenador del C, del filial, con un ascenso a Segunda División A y luego una permanencia que yo la cuento como un título más...

-¿Qué es el fútbol para usted?

-Es mi pasión, mi forma de vida. Y ese era mi sueño. Que mi pasión fuese mi forma de vida. Me siento un privilegiado por conseguirlo.

-¿Cómo fue el momento en que decidió dejar de ser futbolista para explorar otros caminos?

-Tras nueve años jugando en las inferiores del Celta, me fui a estudiar fuera, y seguí dos años más en Cádiz. Luego me fui a Granada a hacer la carrera y veía que no iba a pasar de Tercera o, a lo mejor algún año, con suerte, en Segunda B. Yo, desde que era muy joven, iba a todos los congresos, preguntaba mucho, intentaba aprender de todos los entrenadores, de otros deportes también... El haber empezado tan joven, con 20 años, me ha permitido tener muchas horas de vuelo en el sentido de aprender el oficio. También tuve la suerte de estar en un club que me permitía probar, innovar, podía equivocarme, podía compartir experiencias con otros compañeros de muy buen nivel... Y recuerdo esos años como de explorar el camino del entrenador, pero años de mucho trabajo, de mucha pasión, de hacer muchas cosas y de aprovechar mucho el tiempo.

-¿Haber comenzado desde muy abajo, pasando por todas las categorías nacionales, le permite estar más preparado?

-No hay caminos ideales. Hay distintas formas de llegar. Yo no he sido exjugador de élite pero he tenido la oportunidad de cultivar desde muy joven mi carrera en base a la preparación de diferentes categorías, con diferentes grupos, con diferentes roles... Al final todo esto te da muchos prismas a la hora de desarrollar tu trabajo y, en mi caso, no cambiaría ningún año de los que he vivido porque me han enriquecido mucho tanto para desarrollar mi metodología de trabajo, mi forma de dirigir, vivir situaciones en campos de todo tipo... El otro día vivimos un ambiente magnífico en La Romareda y me acordaba de cuando tenía que ir a campos sintéticos, muy pequeños, lloviendo, a donde no iba nadie. Y en ambos escenarios lo importante es que tú intentes desarrollar tu trabajo con la mayor profesionalidad posible. Porque mi día a día tenía que ser el de un entrenador de élite, independientemente de que entrenase en Tercera, a los juveniles o a los cadetes. Y creo que esa mentalidad me ha permitido exprimir mucho mi aprendizaje, perfeccionarme y llegar a estas alturas con una evolución consolidada.

-¿Cuántas horas le dedica al fútbol?

-[Risas] Mi mujer le podría contestar mejor a esa pregunta [más risas]. Mire, no sabría contabilizarlas. Cuando uno vive su pasión todo puede aprovecharse en clave de fútbol. Viendo una serie de televisión, leyendo una entrevista o un libro, visitando una exposición... Yo intento aprovechar todo. Por eso no es cuantificable. Aunque también digo que lo más importante no son las horas que le eches, sino la calidad de esas horas de trabajo. Cuando uno hace lo que le gusta, la noción del tiempo desaparece. Quien lo padece es mi familia y mis allegados. Ellos me conocen, saben que es lo que me gusta, me entienden y me aceptan como soy.

-¿Le cuesta asimilar las derrotas?

-Me identifico con una frase de la tenista Serena Williams: «Odio más perder de lo que me gusta ganar». Aunque creo que con el paso del tiempo aprovecho mejor las derrotas, las reutilizo en positivo, sí que es cierto que es algo que no me gusta y me cuesta mucho asimilar. Los que somos competitivos afrontamos cada partido como si fuese el último y, con cada derrota, emocionalmente siempre me hago algún rasguño.

En corto 

Sometemos a Diego Martínez a un juego. Le pedimos que indique con qué cualidad se queda de la gente con la que ha trabajado.

-Monchi.

-Inteligencia, humildad y una forma muy natural de hacer las cosas. Eternamente agradecido por apostar por mí.

-Marcelino García Toral.

-Metódico. La presión y el ataque de su equipo, relacionado con la velocidad de juego.

-Míchel.

-Gran comunicador, experiencia y elegancia.

-Unai Emery.

-Pasión, ganador y optimismo ante la adversidad.

-Jorge Sampaoli.

-Innovación y valentía en el inicio del juego en el ataque organizado.

-Braulio Vázquez.

-Conocimiento del juego y de los jugadores, y naturalidad y frontalidad a la hora de desarrollar su profesión. Valentía y convicción en lo que cree.

-¿De quién me he olvidado?

-Uff, madre mía... [cuatro segundos de meditación] ¡De Óscar Arias! ¡De Óscar Arias!

-¿Y qué puede decir del nuevo director deportivo del Sevilla?

-Muy detallista en las situaciones que tienen que ver con la competición.

-Y de la suma de todos estos actores principales nace el Diego Martínez entrenador, ¿no?

-De todos he aprendido y me siento agradecido, pero también estarían ahí profesores de la facultad, Juan Maraver, que para mí ha sido una persona fundamental para conocer los códigos del juego y las claves de la profesión, todos los miembros del cuerpo técnico con los que he coincidido... Hay mucha gente ahí y me siento un privilegiado.