Marcos Vicus, el patinador que descubrió su talento volando sobre el hielo

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El joven sadense compite este fin de semana en la Copa del Mundo júnior de patinaje de velocidad

22 nov 2019 . Actualizado a las 09:40 h.

Una afición. Un deporte que se ha convertido en un estilo de vida. Y todo por casualidad. O por amor. Y es que Marcos Vicus (Sada, 2000) cambió su vida tranquila en esta localidad coruñesa para mudarse a Barcelona. Para estudiar y para estar cerca de su novia.

Con solo tres años comenzó un idilio que ya parece difícil deshacer. Se subió a unos patines. Probó. Y le encantó. Desde entonces han pasado 16 años. Pero el amor sigue siendo incondicional. En el Club Sada Patín nació su afición. Comenzó compitiendo en velocidad y fondo a nivel regional. En categoría alevín llegaron los campeonatos nacionales. Uno de ellos se celebró en Sada. Sobre las cuatro ruedas quedó primero en velocidad y logró la plata en fondo. Su talento siguió latente tras una adolescencia sobre ruedas.

Acabado el Bachillerato y teniendo muy claro que quería estudiar ingeniería naútica, decidió mudarse a Barcelona. «Conocía a mucha gente de allí por los campeonatos nacionales», relata Marcos. El cambio se presumía menos drástico. Llegó a la ciudad condal en el 2018, donde comenzó a entrenarse en el Club Patín Cobra El Prat.

Con lo que no contaba Marcos era con lo que la vida le tenía preparado al llegar allí. «La primera semana allí, mi entrenadora de patinaje sobre ruedas era también la seleccionadora nacional sobre hielo. Me dijo si quería probar y me animé», cuenta el joven coruñés. Tras varias concentraciones por Europa con el equipo nacional júnior, la seleccionadora vio talento en él.

Su vida es otra desde entonces. El deporte le ha cambiado las rutinas y se ha convertido en una filosofía vida. «Ahora todo es más profesional. Me entreno dos veces al día, mi preparadora se preocupa muchísimo por mi tanto dentro como fuera de la pista», reconoce. Aunque lo suyo siempre fue la modalidad en ruedas, el abanico de posibilidades que se le ha abierto en hielo es infinito. «Viajamos por toda Europa para hacer concentraciones y competiciones para hacer tiempos para el Mundial». Ahora está en Holanda donde este fin de semana participa en la Copa del Mundo júnior en la prueba de los 1.000 metros en velocidad sobre hielo.

Una vida nueva. Con nuevos horizontes que surcar. Porque de mayor quiere ser capitán de barco. Aunque el patinaje ha ganado enteros en sus prioridades de vida. Pero con los estudios siempre por delante.