Siete de los dieciséis jugadores de la plantilla del Teucro han tenido paperas desde verano

A. Davila

DEPORTES

Fran Bujalance, Cristian Remeseiro, Samu Pereiro, Roi Sierra, Prada, Edu Salazar y Raúl han sufrido la enfermedad con diferente grado de gravedad

21 nov 2019 . Actualizado a las 15:28 h.

Cuando un virus como el que produce la enfermedad de las paperas entra en un vestuario, su erradicación suele ser una tarea compleja. Raro es el año en el que en un equipo la gripe no se contagia de jugador a jugador cada vez que llega el frío. Si bien las gripes suelen ser cosa frecuente año tras año y, salvo casos contados, no dejan apartados a los jugadores por más que unos días, las paperas son algo diferente. Esto bien lo sabe en estos días el Deportivo, con el brote detectado en su cantera y equipo femenino. Pero de antes de llegar hasta A Coruña, el virus también hizo estragos en Pontevedra en las filas del Teucro, histórico club de balonmano, actualmente en la División de Honor Plata.

La plantilla que dirige Luis Montes se vio afectada por un brote de paperas en el comienzo de la temporada y hasta siete jugadores que entrenan bajo las órdenes del entrenador del primer equipo cayeron gradualmente víctimas de esta enfermedad. Tres del primer equipo y cuatro que alternan filial y equipo de División de Honor Plata con mucha frecuencia. Siete de dieciséis.

Todo empezó a finales del mes de agosto. El extremo Fran Bujalance fue el primero en contagiarse de este virus justo en el tramo final de la pretemporada, perdiéndose el último partido de preparación en Oviedo. En total fueron diez días los que el jugador llegado desde Burgos tuvo que estar parado, impdiéndole llegar al cien por cien al primer partido de liga.

Con Bujalance el virus se instaló en el vestuario y poco a poco fueron muchos de sus compañeros. El segundo fue Cristian Remeseiro, también extremo que alterna entre Plata y Primera Nacional. Le siguió el capitán Samu Pereiro, el cual por precaución se tuvo que bajar del autobús antes de partir hasta Torrelavega para disputar la tercera jornada liguera.

El canterano Roi Sierra fue el cuarto. Su caso fue el más complicado al verse afectado por las paperas por dos semanas completas, siendo el único jugador de la plantilla que se perdió dos partidos de liga.

Prada y el portero Edu Salazar también terminaron por contagiarse las semanas siguientes. En el caso del segundo, su presencia bajo palos no pudo ser posible debido al gran número de entrenamientos que se perdió durante la semana y su puesto en casa ante el Zamora lo ocupó Wermbter mientras él se quedó en el banquillo. Para terminar con este particular parte de guerra contra las paperas, el último en caer en el Teucro fue el tercer portero Raúl Nogueira.

Falsas alarmas

Los nervios propios del miedo a que esta enfermedad llegará a más hicieron temer también lo peor con los serbios Dzokic y Bojicic, si bien los indicios que hicieron pensar a todos en un primer momento que las paperas seguían haciendo estragos en la escuadra teucrista, fueron una falsa alarma y los jugadores pasaron simplemente por sendos procesos víricos diferentes.

La parte positiva en todo este proceso vírico vivido en el vestuario teucrista fue que los azules salieron indemnes. El equipo dirigido por Luis Montes, a pesar de que el trabajo en el día a día en los entrenamientos se vio afectado al reducir el número de efectivos, no sufrió consecuencias sobre la pista. El Teucro venció a la enfermedad y en todos los encuentros en los que las paperas significaron bajas de jugadores importantes del primer equipo. Además, solo dos jugadores tuvieron que permanecer parados por más de siete días.

Un mes después de la última baja, el vestuario del bloque azul ya está totalmente libre de virus y Luis Montes y su cuerpo técnico no tienen que preocuparse por problemas más allá de los deportivos de cara a los compromisos ligueros que tienen por delante.