El reto y la incertidumbre del Crat

DEPORTES

EDUARDO PEREZ

El equipo coruñés, campeón de la última liga femenina de rugbi anterior a la pandemia, abrió el curso con victoria y vuelve el 10 de enero a un torneo «difícil»

05 ene 2021 . Actualizado a las 18:36 h.

Nueve meses de parón. De incertidumbre. De todo por hacer. El Crat, campeón de la liga femenina el último curso previo a la pandemia, en el 2019, reinició su andadura en la máxima categoría el pasado 13 diciembre ante el Sanse. Una victoria casi milagrosa ante el poco tiempo y las dificultades que se encontró durante la pretemporada. La tardanza en el establecimiento de un protocolo sanitario complicó mucho la planificación. «Primero con mascarilla, luego con test... Ha sido un poco caos en cuanto a la coordinación entre la Federación Española y el Consejo Superior de Deportes. Nos hemos visto un poco desamparados. Hemos tenido que tirar por nuestra cuenta, inventándonos a veces nosotros las formas de entrar en las instalaciones. Ha sido bastante caótico», explica Elena Roca, una de las entrenadoras del equipo coruñés.

Un rodaje complicado

Esta falta de claridad provocó que hasta mes y medio antes del comienzo de la liga, la plantilla del Crat no pudiese comenzar a entrenar con contacto en una modalidad deportiva en la que resulta indispensable. «Hay muchas cosas que todavía están oxidadas. Tenemos que ponernos a funcionar. Siempre es duro para nosotros porque al final somos un equipo en la esquinita de España y para hacer las pretemporadas se nos hace difícil encontrar rivales para amistosos. Eso este año se ha multiplicado por mil», reconoce el entrenador, Jos Portos.

Aún así lograron ganar el partido del debut, al que llegaron «muy justitas», matiza Elena Roca. A las dificultades propias de la pandemia que existe, se une la de una plantilla que ha sufrido una gran renovación. Doce jugadoras han llegado a la disciplina del equipo coruñés para sentar las bases de un proyecto a largo plazo. «Los fichajes siempre son un esfuerzo importante para el club, pero no tanto a nivel económico», puntualiza el presidente, Pedro López-Sors. Y es que la característica principal en todas las incorporaciones es la juventud. «Todas tienen entre 18 y 21 años, pero el esfuerzo ha sido a nivel de infraestructuras. A todas les ofrecemos alojamientos, estudios, becas... una serie de cosas que van más allá del tema económico», aclara el dirigente del club.

Con la vista puesta en el futuro, Jos Portos admite el «reto» que tienen por delante como entrenadores: lograr sentar las bases sin dejar de ganar partidos. «Todavía les queda un mundo para demostrar todo el talento que tienen», dice Portos sobre las recién llegadas. Y mantiene que «si conseguimos hacer ese sentimiento de grupo, van a crecer y van a ser mejores porque ya lo son ahora».

Regreso a la competición

Este domingo, 10 de enero, retoman la competición. Viajarán a Madrid y «a ver en qué situación epidemiológica están», dice Elena. Y es que el miedo, a la vez que irracional, es incontrolable. Y es algo que las integrantes del Crat llevan trabajando desde que regresaron a los entrenamientos. «La primera reunión que tuvimos con las jugadoras no fue de objetivos, fue de vida. Hablamos de los protocolos, de la seguridad en los viajes... Queríamos que las jugadores se sintieran respaldadas por el club. Hemos hecho y seguiremos haciendo mucha labor psicológica», relata la entrenadora.

Un grupo lleno de ganas e ilusión que luchará por estar en la pelea por el título de liga otra vez. «Nosotras nos marcamos objetivos por mejoras, por eso no tenemos tanta presión. La presión ya les viene dada de la competición, pero nosotros planteamos mejora por temporada», concluye Roca.

Sin ayudas para test en una competición recortada

Desde hace un par años la Liga Iberdrola se disputaba en un formato de dos vueltas y un play-off de semifinales y final por el título. La pandemia ha obligado a modificar el sistema de competición. Esta temporada se realizará una primera vuelta y, na vez finalizada, la clasificación se partirá en dos mitades. Los cuatro primeros disputarán una liguilla por el título nacional, también con semifinal y final, y los otros cuatro equipos pelearán por no descender.

Un sistema que no convence demasiado en el club coruñés. «La justicia estaría en la doble vuelta, pero contra eso no podemos pelear. Se han tenido que dejar fechas libres por si hay algún encuentro aplazado», afirma Jos Portos. Además, el calendario tampoco ha tenido mucha piedad con el Crat, porque le ha otorgado más partidos fuera de casa que en Elviña. «Será complicado, con muy poco margen de error». Majadahonda y las Cocodrilas de Sevilla son los equipos más potentes de la categoría y los rivales a batir. Las sevillanas son las vigentes campeonas y las madrileñas disponen de una plantilla de mucha calidad. El recién ascendido Eibar ha compuesto un grupo lleno de internacionales que, a falta de ensamblaje, podría dar mucha guerra en la competición.

Tanto los entrenadores como el presidente del Crat admiten que eran partidarios de no comenzar la temporada. «Esto es una liga amateur. Cada jugadora tiene su trabajo, su familia... Dada la situación provocada por el virus, ellas se exponen al riesgo de no poder ir a trabajar, de contagiarse. Jugando en una liga nacional viajamos por toda España. Y es real que contagios va a haberlos», aclara López Sors.

Dos son los protocolos sobre los que se rige el día a día del club. Por un lado, el que marca la Secretaría Xeral para o Deporte y que les exige pasar test serológicos cada 14 días para poder entrenar con contacto y sin mascarilla. Y por otro, el establecido por la Federación Española de Rugbi, que les obliga a otro test en las 72 horas previas al partido. Unas pruebas cuyo coste económico asume el club sin ayudas por parte de ninguna institución. «Es muy difícil para los clubes no profesionales afrontar este coste. Estamos testando a 35 chicas cada 14 días. Esto supone al rededor de 600 euros cada vez que tenemos que hacerlos. Y, aunque no hemos perdido patrocinadores, es difícil», afirma el presidente.