El navarro es una pieza fundamental en la portería desde su llegada al equipo en el verano de 2019
17 ene 2021 . Actualizado a las 12:09 h.Ander Cantero (Pamplona, 1995) habla con pasión de su vida: el fútbol. Estudiante de psicología y guardián de la meta del Lugo, es consciente de lo efímero y cambiante que es este deporte desde muy joven, cuando tuvo que abandonar su Navarra natal para labrarse una carrera como portero. Indispensable prácticamente desde su llegada el pasado verano a la entidad lucense, se ha erigido como uno de los guardametas con mayor progresión del campeonato, ocupando a estas alturas el segundo puesto en la clasificación del trofeo ‘Zamora'.
—Tardó ocho partidos en ser indiscutible con cuatro entrenadores. ¿Imaginaba llegar a este rendimiento en Lugo?
—Siempre que llega un entrenador nuevo en situaciones jodidas, nunca sabes lo que puede pasar, con qué ideas va a venir el nuevo míster y por suerte los cuatro han confiado en mí. Es algo de lo que estar orgulloso, lo valoro mucho porque hoy en día es muy difícil, primero por la competencia a nivel interna con Varo y Fran que en cualquier momento pueden entrar a disputar partidos y eso hace que el día a día te lo tomes al máximo, intentando ofrecer tu mejor versión para que en los partidos salgan bien las cosas. Es algo positivo pero anecdótico, jugar en segunda división está muy caro, tener esa confianza de tus compañeros y del técnico es algo para alegrarse.
— Este verano afirmó que su temporada fue la mejor a nivel individual ¿Esta la supera, hasta el momento?
Para mi el año pasado era muy importante hacerlo bien y mantener la categoría, después de un año complicado en Majadahonda era una revancha, lo bonito es ver que empieza una nueva temporada, nuevos retos, nuevos compañeros y que tu sigues ayudando a tu equipo igualmente. Eso significa que el trabajo funciona y que merecen la pena todos los sacrificios. Este año el equipo está mucho mejor y eso hace que te tomes las cosas con más calma y pensando que la segunda es muy larga, si te descuidas te ponen en tu sitio.
—¿Cómo gestiona un futbolista el paso de hasta cuatro entrenadores en tan poco tiempo?
—Es complicado porque quieras o no creas vínculos, al final conoces a personas, porque no dejamos ser personas al fin y al cabo. Con unos más, con otros menos, pero siempre acabas teniendo relación. Es difícil cuando a una persona lo echan de su puesto de trabajo. Como futbolista sabes que es la ley del fútbol, en clubes pequeños, que sufren es difícil tener una estabilidad y mantener un entrenador todo el año. Tienes que estar lo mejor posible porque tienes que convencer al que venga, como un aprendizaje contínuo. Lo que ha pasado aquí en Lugo estos años es algo nuevo para mi, si que viví alguna destitución, pero no tantas.
—En la pretemporada la plantilla celebró la renovación de Juanfran, parecía haber una magnífica sintonía. ¿Os llegasteis a sentir culpables de su salida?
—Siempre digo que el que sale al verde es el futbolista. Puede ser que los entrenadores también se equivoquen con sus decisiones y se pierdan partidos por ello, pero cuando te metes en el verde somos once y tenemos que ganar nuestros duelos. ¿Qué porcentaje de culpa tiene el entrenador en eso? Claro que nosotros sabíamos que el inicio no había sido bueno, personalmente soy objetivo y ves que no estuviste al nivel que acabaste la temporada, pero creo que fue un año muy complicado. Vinimos de lograr un milagro, mentalmente los últimos meses de competición nos vaciaron. No tuvimos tiempo para descansar, no estas a gusto en ningún lado con esto del covid. Esto sienta un poco de nerviosismo y lo notamos a principio de temporada. Luego ya son decisiones del club, al futbolista nunca le preguntan si quieren que siga el míster o no, tenemos que ser conscientes de los porqué de ese cambio. El futbolista tienen mucha parte de implicación porque es el que sale a jugar.
—Con otro estilo Nafti os está sacando el máximo rendimiento, da la sensación de ser un gran motivador.
—Para mi es parecido a Juanfran. Es gente con experiencia en el mundo del fútbol, que ha visto situaciones de todo tipo y han vivido en clubes humildes. Nos transmiten que estamos en Lugo, uno de los equipos más modestos de la categoría y que como no demos el máximo y lo mejor de nosotros estamos acabados. La clave de Nafti es que conectó enseguida con el vestuario, es una persona muy sincera y muy clara, el jugador lo agradece. El equipo tácticamente está increíblemente trabajado. Si la gente pudiese bajar al Ceao, vería lo mucho que trabajamos y como lo plasmamos en los partidos.
—El año pasado estuvo cerca de marchar al Levante en Primera. Si mantiene este nivel, podría ser su último año en el Lugo.
—El fútbol es el día a día. Te puedo decir que estoy muy a gusto aquí, que tengo un contrato de 4 años por el cual estoy muy agradecido, pero ya tengo la experiencia de empezar la temporada en Zamora en Segunda B, hacer las cosas bien y de la noche a la mañana tener que cambiar de equipo. A partir de entonces mi chip cambió, soy de valorar el momento. Ahora estoy en un buen momento, que ves que te están saliendo buenos partidos, quiero exprimir al máximo esta experiencia, quiero disfrutar de cada mañana entrenando en el Ceao. El futuro en el fútbol son seis meses. Al final ves que muchos jugadores cambian de equipo y es difícil tener una estabilidad en un club, a veces es para bien y otras es para mal. Hay que convivir con ello, valorar el momento. Si algo tiene el fútbol, es que mucho de lo que pasa no depende de uno mismo.
—Al aficionado no le puedes echar en cara nada, es soberano de pensar lo que quiera. Que el Lugo esté tantos años en la élite es algo de lo que hay que estar orgulloso, si fuera lucense estaría súper agradecido. Veo ciudades como Salamanca, León, Córdoba, Coruña, con equipos que han estado desaparecido o en horas bajas y lo que te da un equipo en el fútbol profesional es algo muy positivo, mueve mucha gente, es muy relevante en este país, un elevado porcentaje de personas sabe donde está Lugo por el fútbol. Me parece perfecto que la gente exija, que quiera que el club luche por los play off, pero no podemos perder la perspectiva ni olvidar de donde se viene. A mi me pasa con Osasuna, cada año en primera es un regalo y no puedo pretender que compitan siempre por Europa.
—¿Cuándo y cómo decidió que quería ser portero?
—Lo mío fue más o menos una casualidad. Siempre me gustó jugar de portero, mi padre lo hizo de manera amateur, siempre tuve unos guantes por casa. En el equipo del colegio empecé de jugador y dio la casualidad que durante un partido el portero del equipo, mi mejor amigo de toda la vida, estaba lesionado, y me pusieron de portero. A ese partido justamente fueron dos ojeadores de Osasuna, que venían a ver a mi amigo. Cuando acabó les dijeron a mis entrenadores que querían que fuera a hacer las pruebas. Y nada, fui a Tajonar a hacer las pruebas y un día al salir de la ikastola mi aita me preguntó si me apetecía jugar en Osasuna, y así fue cuando empezó mi andadura bajo palos. Además, justo el equipo del colegio iba a desaparecer y nos íbamos a ir a la Txantrea, que es el máximo rival de Osasuna.
—Además de futbolista, estudia psicología, ¿le gustaría seguir en el mundo del fútbol tras la retirada?
—Llevo con la carrera de psicología unos cuantos años. Pero es un hobby, por suerte los estudios no es lo que me hace estar trabajando. Como estudiar es algo que siempre se me ha dado bien, me sabía mal no haber estudiado algo, entonces me propuse sacar esta carrera a mi ritmo, para que el día de mañana, cuando cuelgue los guantes, tenga una formación. Fue algo que me vino muy bien para evadirme del fútbol y en el confinamiento. Me dio la vida y aproveché para darle caña al trimestre. Ahora igual, en un mes tengo los exámenes y como soy competitivo quiero estar concentrado y aprobarlo. De todos modos quiero dedicarme en un futuro al fútbol, es algo que me apasiona, me gusta ver fútbol a todas horas. Cuando vas cumpliendo años vas viendo más mundo de fútbol a parte de entrenar y jugar, algo que me gusta, bien sea entrenador, director deportivo, etc. Ojalá se pueda dar en un futuro.